EL MERCADO ISL MICO TIENE 1600 MILLONES DE CONSUMIDORES

Malasia reclama al Gobierno más incentivos para las inversiones

La embajada sostiene que no hay facilidades para adaptar las agroexportaciones al mercado halal. El vínculo, empañado por acusaciones cruzadas entre certificadoras

El gobierno de Malasia reclamó a la Argentina que otorgue mayores incentivos a las compañías con capacidad de abastecer la demanda de carne vacuna y aviar del sudeste asiático, y que requiere en países musulmanes la certificación de calidad halal para su consumo.

El embajador malayo en la Argentina, Mohd Khalid Abbasi Abdul Razak, dejó entrever esta preocupación al evaluar el estado actual de las relaciones diplomáticas y comerciales con la Argentina, que ha puesto un ojo sobre el sudeste asiático en la búsqueda de nuevos mercados y la política de "inserción inteligente al mundo" que pregona el canciller Jorge Faurie.

"Argentina tiene mucho potencial en el mercado alimenticio halal; pueden vender bife y pollo, también cosméticos, pero realmente hay muy pocos incentivos", lamentó Khalid Abbasi Abdul Razak.

El mercado halal, es decir, de bienes y serivicios certificados en sus procesos para no contradecir las normas religiosas del Islam, tiene aproximadamente 1.600 millones de consumidores, y se calcula que llegará a los u$s 739.500 millones en 2025, solo en cuanto alimentos y bebidas, según un sondeo de Grand View Research.

Actualmente, el comercio con Malasia asciende a u$s 1377 millones, siendo una balanza ampliamente superavitaria para la Argentina. La situación, para el diplomático, es "decepcionante", ya que "el intercambio podría llegar a u$s 2000 millones".

El gran problema, según el embajador, es que la Argentina no da incentivos para que certificadoras malayas transfieran el conocimiento necesario para producir según las normas del Departamento de Desarrollo Islámico Malayo (Jakim), que retiró hace años su aval al puñado de certificadores locales por considerar que aprobaban envíos sin controlar las normas de calidad. La situación fue abordada en reuniones con técnicos de Cancillería y del Senasa, pero sin avances satisfactorios.

El tema también provocó roces con el canciller Faurie, que en un reciente almuerzo con empresarios, en el que subrayó el regreso de parte de las exportaciones halal a Indonesia, recordó el tema y aseguró que una de las firmas locales "truchaba los certificados", lo que incomodó a uno de los titulares de las firmas involucradas, que se hallaba ese día en el salón.

"Lo que estamos pidiendo son incentivos, condiciones para venir aquí e invertir", comentó Khalid Abbasi, quien espera reunirse prontamente con el canciller Faurie y el ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere, para abordar el tema.

Desde la era Malcorra en la Cancillería, la Argentina busca posicionarse en el sudeste asiático para reducir los aranceles entre el Mercosur y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), y expandir las exportaciones agroindustriales en una región en alza.

Para ello, el Gobierno consideró prioritario relanzar el vínculo con Singapur, país que hoy preside este club de diez naciones, y ha reabierto allí la representación diplomática, siendo "cónsul honorario" Nicolás Caputo, consejero y amigo de Macri.

En la Argentina hay tres grandes firmas malayas: Petronas, con operaciones en Vaca Muerta; el grupo Walbrook, dueño del centro de esquí de Las Leñas, e IJM, accionista en la Autopista del Oeste.

Malasia también quiere expandir su vínculo en el mercado aeronáutico, aunque, según el embajador, no hay feedback del Gobierno. "Dietrich no está interesado en hablar con nuestro ministro de Transporte, a pesar de que tenemos una gran capacidad para transferir conocimiento al mercado aerocomercial", dijo, en referencia a la apertura a compañías low cost.

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