LA VISITA DE TILLERSON REFORZÓ EL V NCULO PERO NO RESOLVIÓ LOS TEMAS PENDIENTES

Macri trató una agenda estratégica con el canciller de Trump, que evitó definiciones

Conversaron sobre el rol del país en la crisis de Venezuela, el debate por venir en el G20 y el acceso a la OCDE. Sin progresos en las trabas al comercio y la disputa por el biodiésel

Una visita protocolar. Tal fue el alcance del viaje al país del secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, quien ayer se despidió del presidente Mauricio Macri en la residencia de Olivos, tras discutir una agenda de mediano plazo, con asuntos geopolíticos de fondo, pero sin variaciones significativas en los pendientes que inquietan al Gobierno y no que no hallan respuesta.

Luego de compartir el domingo un almuerzo con siete ministros del gabinete, Tillerson fue recibido este lunes en la residencia de Olivos, adonde permaneció unos 40 minutos. El "canciller" de los Estados Unidos transmitió un "afectuoso saludo" de Donald Trump hacia Macri, pero no brindó definiciones sobre el ingreso de la carne vacuna argentina (anunciada en enero de 2017), el envío de frutas cítricas, y asuntos de cooperación científica y controles migratorios, que hacen al diálogo bilateral.

Apenas alumbró una señal positiva cuando Tillerson se comprometió a llevar la disputa por los impuestos prohibitivos que se impusieron en agosto al biodiésel al secretario de Agricultura, Sonny Perdue. Macri, en tanto, agradeció la colaboración que Washington brindó en la búsqueda del ARA San Juan (hoy recibe a los familiares) y por el reingreso del país al Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), un programa que permite a las economías regionales exportar bienes con menos aranceles y que, de momento, no está operativo.

En ese marco, la conversación de Tillerson y el Presidente, escoltado por Marcos Peña, el canciller Jorge Faurie y el embajador en Washington, Fernando Oris de Roa, trascendió a temas estratégicos, como la posición argentina de cara a la crisis social, política y humanitaria de Venezuela, la perspectiva norteamericana de la agenda del G20, y el ingreso del país a la OCDE.

Estados Unidos confía en la Argentina como un actor regional capaz de liderar la oposición al gobierno de Nicolás Maduro, y pese a haber explorado la idea de una intervención militar, que el Gobierno rechazó de plano, apuesta ahora a "una solución pacífica", tal como reiteró ayer el embajador estadounidense interino, Tom Cooney.

Según supo este diario, Washington ve con buenos ojos que la Argentina se involucre más con los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), que en los organismos internacionales forman barricada contra cualquier sanción a Caracas. El Gobierno, en tanto, tiene para ofrecerles cooperación técnica y humanitaria, y una plataforma de exposición con el G20, para el cual ha invitado a Jamaica, que este año preside el Caricom. Tillerson acabará su gira en Jamaica, donde hablará de Caracas.

El estadounidense también plaSpnteó algunos aspectos de interés en el marco del G20. Washington tomó nota de las reuniones de alto nivel que Macri tuvo en los últimos días con líderes de Rusia, Alemania, Francia y China, y de allí esta visita organizada en pocos días. Tillerson, ex CEO de la petrolera Exxon Mobil, habló ante oficiales del Gobierno sobre la "seguridad energética" y respaldó la explotación de los yacimientos no convencionales de gas y petróleo, que cree indispensables para la "estabilidad política" en la región. La negación del cambio climático y la mirada norteamericana del uso de recursos naturales, son y serán una divisoria de aguas en el G20.

También hubo un diálogo extenso sobre el proceso de accesión a la OCDE, que avanza por buen carril, pero que debe lidiar con el ruido que Washington introduce en el órgano. Varios miembros de la OCDE le han pedido al Gobierno interceder para que Trump levante los frenos que impiden el funcionamiento del organismo.

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