Macri busca generar épica de ballottage, ante la incertidumbre del Gobierno

La estrategia de las marchas creen que está "generando algo". La fiscalización piensan que podría bajarle dos puntos a Alberto Fernández y se concentran en los lugares que ganaron con diferencia en 2015.

Después del debate, Mauricio Macri festejó su actuación en la facultad de Derecho y trató de contagiar expectativas a su gabinete este lunes por la mañana. Hasta el jueves, el mandatario saldrá a pedir el voto en las últimas marchas del "Sí, se puede", con un mensaje que da a entender que el 27 se elige entre democracia o populismo. La Casa Rosada evita pronósticos para la elección, tras el fracaso en las PASO, y considera que el aumento de participación y la mayor fiscalización podrían darles resultado para forzar un ballottage.

Este lunes por la mañana, en reunión de gabinete, Macri sostuvo que lo notó "nervioso" a su rival. El mandatario y Alberto Fernández incluso tuvieron una discusión, cuando bajaban del escenario en el debate. Macri le recriminó a su rival que haya nombrado a su padre Franco como sinónimo de corrupción. Y agregó que Fernández le respondió pero que no "logró entender lo que le decía".

Macri y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, celebran la estrategia de las recorridas por el interior. "Algo está pasando", sostienen. Acto seguido, abren la puerta a una posible "sorpresa" el próximo 27 de octubre, o sea, llegar al ballottage.

El armado electoral de Macri se basa en aumentar los votos en las zonas donde puede haber más sufragios a favor de Juntos por el Cambio. Para eso compararon los distritos donde tuvieron más apoyo en 2015, con los resultados de las PASO. Por eso, este jueves será Córdoba el cierre de la campaña. Allí Macri obtuvo 70% de apoyo en el ballottage de 2015, mientras el 11 de agosto obtuvieron el 48% de sufragios. Es por esta misma razón que no hubo ningún distrito del Conurbano en el itinerario de las 30 marchas del "Sí, se puede". Porque allí no piensan que pueden aumentar más votos.

El otro punto clave es mejorar la fiscalización. Consideran que ante un buen control del proceso electoral pueden acortar al menos dos puntos de la ventaja que les sacó Alberto Fernández (15 puntos). Y por último, que haya un aumento de participación en comparación con las PASO. De esta manera, Fernández bajaría el porcentaje de votos que logró (49% si se contabiliza como se hará este domingo). Ya por superar el 45%, el ex jefe de Gabinete se consagraría presidente en primera vuelta.

En Casa Rosada hay incertidumbre respecto a qué ocurrirá el domingo, a pesar de que públicamente tratan de dar expectativas. Hasta aseguran que no solicitarán encuestas. Toda la fe de Juntos por el Cambio está puesta en las marchas que encabeza Macri y que algún fenómeno esté ocurriendo bajo radar entre los votantes.

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