Lozano: "Hubo una estafa generalizada a la banca pública, a los productores y trabajadores"

Claudio Lozano, director del Banco Nación, el principal acreedor individual de Vicentín, sostiene que la expropiación permitirá cobrar la deuda pero además, cuidar divisas y evitar maniobras fraudulentas con las exportaciones.  

El Banco Nación es el mayor acreedor individual del Grupo Vicentín y ya desde el inicio de esta gestión puso el ojo en la abultada deuda que la compañía tenía con la entidad, estimada en unos u$s 300 millones. Claudio Lozano, director del BNA, es uno de los impulsores de la expropiación de la empresa, que busca combatir la "estafa a la banca pública, los productores y los trabajadores" y desbaratar la "amenaza de extranjerización" en el negocio de granos. Este es el diálogo que mantuvo con El Cronista.

-¿Había un camino alternativo a la intervención?

-Más allá de las irregularidades que transformaron a la banca pública en la asistencia financiera central del Grupo Vicentín durante la gestión pasada, lo cierto es que estábamos frente a una estafa respecto a la banca pública, a los productores agropecuarios y los trabajadores. Además, con una amenaza en el marco de un concurso prácticamente paralizado, con una empresa parada, que perdía posiciones en el mercado y donde ya estaban apareciendo amenazas concretas para quedarse con los activos de Vicentín por parte de transnacionales extranjeras.

-Pero al margen de la deuda ¿qué hay detrás de la intervención?

-Hay cuatro cuestiones centrales. Primero, dominar públicamente Vicentín implica un ingreso de divisas claro por parte del Estado y muy superior al que tuvo de parte de la propia compañía, porque Vicentín realizaba distintas operaciones de triangulación con sus subsidiarias en Paraguay, en Uruguay, con sus empresas offshore en Panamá, en España.

En segundo lugar, propiciar un proceso de blanqueo del comercio de granos, porque estos mecanismos de triangulación están a la orden del día entre las cerealeras. El hecho de tener un actor público en ese mercado, permitiría blanquear la situación en el comercio de granos.

El tercer punto favorable es que Vicentín le compra a pequeños y medianos productores y por lo tanto podría, en tanto empresa pública, no hacer un abuso de posición dominante como hacía Vicentín y mejorarle los precios de retribución a los productores. 

Por último el tema alimentario. Vicentín no es hoy un gran productor de alimentos. Para incorporar la clave de la soberanía alimentaria habría que reorientar también la producción de la empresa para que además de colocar commodities en el mercado mundial, tenga como objetivo generar una empresa pública productora de alimentos.

-El banco inició un sumario interno a la gestión de Javier González Fraga. ¿En qué punto están esas acciones?

-Desde que asumimos hicimos pública la irregularidad en el proceso de asignación del crédito por parte González Fraga y el Directorio a Vicentín. En segundo lugar, le bajamos la calificación a la empresa para poder ordenar la situación financiera del banco, haciendo las previsiones que correspondían. A partir de allí iniciamos un sumario interno para deslindar responsabilidad respecto al directorio anterior y los gerentes de la línea del banco que hubiesen tenido participación en la asignación de estos créditos. La auditoría y el sumario aún no terminaron.

-¿Irá contra Vicentín también?

-Estábamos presentes en el concurso de acreedores, somos el acreedor individual más importante. Ahora las cosas cambian y se va a presentar el debate sobre la expropiación de la empresa. Puede ser que YPF le pague con algún tipo de bono al BNA y a los productores agropecuarios; que se decida que los bancos públicos capitalicen sus acreencias en la empresa para tomar control sobre la misma, las variantes son múltiples.

-Hubo muchas conjeturas sobre la intervención de la empresa. 

-Es importante que se entienda que acá no es que había una situación de un grupo empresario que estaba funcionando a las mil maravillas y apareció un gobierno enloquecido, que se dedicó a expropiarlo. Hubo una estafa generalizada a la banca pública, a los productores y trabajadores y una amenaza de extranjerización.

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