Los discursos de asunción de Macri y Alberto: que tuvieron en común y qué no

Cómo se refirieron a la Justicia, la corrupción, la pobreza, la seguridad y la economía, entre otras cosas, tanto en 2015 como ahora.

Trasladado a una plantilla de word, el discurso de asunción de Mauricio Macri en 2015 ocupa 16.987 caracteres con espacios, mientras que el que pronunció hoy Alberto Fernández implicó 45.314. 

Medido en tiempo, el de Macri duró 15 minutos, mientras que el de Fernández alcanzó la hora de duración. 

No son esas, sin embargo, las diferencias más sustanciales cuando se comparan ambos discursos, que tuvieron algunos puntos en común.

Según Susana Jantus, titular de la cátedra de Análisis del discurso de los medios en la carrera de Periodismo de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), los discursos de Macri y Fernández “son más parecidos de lo que parecen. Ambos,  y más allá de ciertos anuncios claros y otros encubiertos, delimitaron  sus pasos a seguir en torno a la marcha de  la economía, la justicia y le educación señalándolas  como las bases fundamentales de sus gobiernos .

Para la especialista, en el caso de Mauricio Macri “utilizó como recurso el enarbolarse como un portador de la verdad. En el caso de Alberto Fernández se asoció a la figura de Raúl Alfonsín para abrir y cerrar su discurso en torno a la idea de democracia que sobrevoló toda su alocución y tiñó su discurso .

En 2015 Macri evitó explayarse sobre lo que luego se llamó la "pesada herencia", en un discurso en el que no estuvo presente ni siquiera la palabra inflación y donde prácticamente no volcó números. 

El Gobierno que acaba de retirarse se reprochó luego no haber desarrollado más en extenso el cuadro de situación en el que se encontraba el país, algo que los kirchneristas atribuyeron a que no "había demasiado para decir" porque sostenían que la Argentina había atravesado una "década ganada". 

Los macristas, en tanto, se dividieron en reconocer que fue un error, mientras que otros reivindicaron que las pálidas no eran su estilo, entre tanto globo y canciones de Fredy Mercury, como si por mencionar la herencia apareciesen abriendo el paraguas, o buscando excusas. 

Macri directamente arguyó que una descripción muy pormenorizada de la situación económica no era coherente con la necesidad de "atraer inversiones". 

Alberto, en cambio, le puso números a la "herencia": habló de récords de inflación, deterioro de las relaciones PBI per cápita y de Deuda/PBI, desempleo y recesión industrial, pobreza e indigencia, porque "si no hiciera esto, no podría explicar por qué va a llevar algún tiempo lograr aquello que todos queremos". 

Macri, en 2015, se centró más en abstracciones, como "trabajar en equipo" y en empujar las expectativas sobre la potencialidad del futuro de la Argentina. "Y quiero decirles desde el fondo de mi corazón que estoy convencido de que si los argentinos nos animamos a unirnos, seremos imparables", dijo Macri, en un registro que recorre toda su intervención aquel 10 de diciembre.

Macri le destinó buena cantidad de párrafos a la cuestión del narcotráfico, mientras que Alberto no tocó el tema, apenas hubo una mención, aunque sí habló de seguridad, pero para delimitarse de la llamada "doctrina Chocobar", por el policía que mató por la espalda a un ladrón que robó y atacó a un turista. Repudió el "gatillo fácil" y la justificación de que se mate por la espalda. 

Mientras que Macri casi no anunció medidas concretas, sino más bien las líneas filosóficas de su gestión ("unir a los argentinos"), Alberto aprovechó su discurso de hoy para dar algunos anuncios concretos, aunque periféricos a la agenda central que se espera tendrá que resolver: dijo que iba a eliminar el carácter  reservado de los gastos, intervenir la AFI, cambiar el contenido de la pauta oficial y lanzar el Consejo Económico y Social mediante un proyecto de ley, entre otros anuncios. 

Aunque la expresión no estaba tan instalada cuando asumió Macri, ambos se plantearon superar la grieta y todo aquello que "divide a los argentinos".

"Queremos el aporte de todos, de la gente que se siente de derecha y de la gente que se siente de izquierda, de los peronistas y de los antiperonistas, de los jóvenes que están en la edad de la trasgresión y de los mayores que aportan su experiencia, porque precisamente esa diversidad es la que nos enriquece y nos hace mejores", dijo Macri. 

Alberto, en tanto, y como mensaje tácito de que la cuestión de los enfrentamientos no fue saldada sino, quizá, agravada, le destinó un lugar central en su discurso al punto de la convivencia entre diferentes: "Demasiado tiempo probamos el método del enojo y del rencor. Todas y todos debemos despojarnos del rencor que cargamos. Volvamos a ganarnos la confianza del otro. Volvamos a confiarnos entre nosotros .

Jantus coincide en el mutuo despegue de la grieta. “Ambos hicieron alusión a “la grieta entre los argentinos y plantearon su disolución. En este punto Fernández fue más efusivo al claramente manifestar: ‘Tenemos que superar el muro del rencor y del odio entre argentinos’. Macri lo había mencionado de forma más ligera: ‘Tenemos que sacar al enfrentamiento del centro de la escena y poner en ese lugar al encuentro, el desarrollo y el crecimiento. En la pelea irracional no gana nadie, en el acuerdo ganamos todos’ . 

Tanto Mauricio Macri como Alberto Fernández le destinaron considerable espacio a la cuestión de la independencia de la Justicia. 

Dijo Macri en 2015: "Quiero aprovechar este mensaje inaugural para expresar también mi total apoyo a la justicia independiente.  En estos años fue un baluarte de la democracia e impidió que el país cayera en un autoritarismo irreversible. En nuestro gobierno no habrá jueces macristas. No existe justicia ni democracia sin justicia independiente, pero hay que acompañar a la justicia en un proceso en el que se limpie de vicios políticos. No puede haber jueces militantes de ningún partido".

Dijo hoy Alberto: "Hemos visto el deterioro judicial en los últimos años. Hemos visto persecuciones indebidas y detenciones arbitrarias inducidas por los gobernantes y silenciadas por cierta complacencia mediática.  Por eso hoy vengo a manifestar frente a esta Asamblea y frente a todo el Pueblo Argentino, un contundente Nunca Más. Nunca Más a una justicia contaminada por servicios de inteligencia, "operadores judiciales", procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos. Nunca más a una justicia que decide y persigue según los vientos políticos del poder de turno.  Nunca más a una justicia que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni a una política que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno .

También ambos se refirieron a la corrupción: "Este gobierno va a combatir la corrupción. Los bienes públicos pertenecen al conjunto de los ciudadanos y es inaceptable que un funcionario se apropie de ellos en beneficio propio", dijo Macri en uno de los párrafos que destinó al tema.

Alberto, por su parte, fue más  escueto pero incluyó la urticante cuestión en su pieza: "Nuestro compromiso es garantizar la absoluta transparencia en la administración de los recursos destinados a la obra pública. Los ciudadanos podrán acceder a toda la información sobre el proyecto de la obra, los costos de la misma, el proceso de licitación y selección de la empresa ejecutora, monitorear los avances y denunciar irregularidades".

Ambos se detuvieron en la cuestión de los sectores más vulnerables de la población. “Hablar de pobreza cero es hablar de un horizonte, de la meta que da sentido a nuestras acciones. Nuestra prioridad será lograr un país donde cada día haya más igualdad de oportunidades, en el que no haya argentinos que pasen hambre, en el que todos tengamos la libertad de elegir dónde vivir y desarrollar nuestros sueños , dijo Macri. 

Alberto redujo sus ambiciones en este punto y del combate a la pobreza se centró en uno de sus aspectos más lacerantes: “Quisiera que seamos recordados por haber sido capaces de superar la herida del hambre en la Argentina, que es un insulto a nuestro proyecto colectivo de vida en común .

"Los dos discursos esbozaron claras críticas a los gobiernos que los precedieron e hicieron promesas convincentes para sus mandatos. Y hasta en algunos casos mencionado medidas opuestas. Alberto Fernández dijo, por ejemplo:  ‘Como paso inmediato, dispondré la derogación del decreto 656 del 2016, que fue una de las primeras y penosas medidas que la anterior administración promovió y que significó consagrar el secreto para el empleo de los fondos reservados por parte de los agentes de inteligencia del Estado’ , reforzó ante El Cronista Jantus.

Y agregó: "En el caso de Alberto Fernández cabe preguntarse  además si  su reiterada  idea de ‘contrato social  Fraterno y Solidario’  fue previamente consensuado con su vice Cristina Fernández, que miraba muy atentamente lo que el nuevo Presidente iba leyendo".

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