Los dilemas que enfrenta la Argentina para pagar su deuda

Un informe de Ecolatina exhibe las contradicciones del proceso económico local, entre alternativas que, a corto plazo, dan respuesta a un problema, pero que, a largo, lo agravan.

La Argentina modificó, con la asunción del gobierno de Macri, su forma de financiar el creciente déficit de sus cuentas públicas. Según Ecolatina, pasó de hacerlo, con los K, “principalmente con emisión monetaria y deuda con otros organismos del sector público , a hacerlo, con Cambiemos, con “deuda con acreedores privados, denominada mayormente en moneda extranjera .

Como resultado de esa transformación, “la composición de los pasivos públicos cambió, haciendo que la deuda relevante (las obligaciones netas de compromisos intra sector público) saltara del 43% del stock a fines del 2015 hasta el 65% del total en el primer trimestre del 2019 .

Otras consecuencias del cambio es que “aumentó nuestra dependencia de las renovaciones en el mercado de capitales , como resultado, entre otras cosas, de que la “proporción de la deuda del Tesoro pagadera en dólares pasó del 69% del total al 78% , haciendo, a su vez, “a nuestras obligaciones aún más sensibles a la dinámica cambiaria . Ecolatina advierte que “los pasivos no se licúan con las depreciaciones, que incrementan el ratio deuda-producto .

Luego de presentar el cuadro actual de la deuda pública, Ecolatina presenta las distintas alternativas que se le presentan al Gobierno para afrontar esta situación, que la consultora describe con los siguientes datos: en el primer trimestre del 2019, la deuda pública como porcentaje del Producto alcanzó  el 88,5%, pero si se incluye el desembolso del FMI, correspondiente al primer trimestre (que se recibió en los primeros días de abril y por eso quedó fuera de la contabilidad oficial), la deuda total habría alcanzado 91,4%.

La consultora fundada por Roberto Lavagna describe, ante este cuadro, una serie de “dilemas que trascienden la gestión actual y que, si se los mira de conjunto, muestran una situación que típicamente se puede describir como la del también dilema de la “sábana corta , que el refranero popular explica que cuando uno se cubre la cabeza, se destapa los pies.

El primer dilema que muestra Ecolatina es el “cambiario , que no se logró zanjar con los fondos que aportó el FMI, pese a que fue el préstamo más grande de su historia. Así se tiene que “un tipo de cambio real apreciado ayudaría a que el Tesoro generase un menor déficit financiero en el corto plazo (por un aumento del nivel de actividad y por una menor carga de intereses). Por el contrario, una nueva ronda de depreciación empeoraría su capacidad de compra de divisas (por la profundización de la crisis que implicaría y porque se necesitarían más pesos para adquirir la misma cantidad de dólares). Además, como ya se dijo, subas del tipo de cambio agravarían el peso del servicio de la deuda (capital e intereses) sobre el PBI, ahuyentando a los inversores , dice Ecolatina, a la vez que agrega: “Pero, mirando al ahorro externo, se observa lo contrario: un tipo de cambio apreciado abarataría y fomentaría las importaciones, reduciendo los ingresos netos de divisas genuinas. Por el contrario, un dólar más elevado daría incentivos para expandir las exportaciones, permitiendo una mejora del resultado externo .

Esta “salida , que en cierta forma se está procesando ahora con la denominada “calma cambiaria tiene un problema adicional: “Las intervenciones para contener al tipo de cambio reducen las reservas disponibles para pagar deudas en moneda extranjera. El Gobierno (Banco Central incluido) buscará llegar al proceso electoral sin saltos bruscos en el precio del dólar, con el objetivo de aumentar sus chances políticas. Pero, si para lograr este objetivo tuviera que recurrir a grandes ventas de reservas, disminuiría los recursos disponibles para enfrentar los vencimientos en moneda dura e incrementaría las tensiones financieras y cambiarias .

Otra forma de describir la encerrona es la que advierte que “las urgencias del corto plazo (apreciar para reducir el déficit financiero, disminuir la ratio de deuda y ganar elecciones) se contraponen a las necesidades de largo alcance (no intervenir para guardar divisas, dejando depreciar el tipo de cambio para generar un mayor superávit externo en dólares) .

Según Ecolatina, esta restricción podría alejarse “si nuestro país volviera a acceder al financiamiento externo, algo que con un riesgo país por encima de los 850 puntos básicos pareciera muy lejano. Más aún, teniendo en cuenta que ya recurrimos al FMI y no fue suficiente para restablecer la confianza de los inversores. Mientras tanto, sin margen de maniobra por el lado del resultado primario ni por el costado financiero, se deberán buscar políticas que permitan que la economía real se recupere y crezca .

Entonces, “hasta que no se recupere el acceso al financiamiento externo, para pagar las deudas del Estado hacen falta dos condiciones: que el Sector Público genere ahorros fiscales en pesos y que el país en su conjunto genere superávit externo en dólares. Sin los primeros, no habrá recursos para efectuar los pagos; sin los segundos, las compras públicas de divisas competirán con los importadores y ahorristas, incrementando las presiones cambiarias .

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