Industrias esperan ola de concursos preventivos y cierres

Tanto las grandes empresas como las pymes advierten que la falta de actividad generada por la vigencia de la cuarentena está llevando a muchas compañías al límite de su supervivencia

Si las expectativas de la industria y las Pymes en general ya no eran buenas antes de la conferencia de prensa del sábado pasado, en la que se anunció no solo la prórroga de la cuarentena, sino también la vuelta atrás de varias medidas en Capital Federal y Gran Buenos Aires, hoy sus proyecciones son todavía peores.

Hay rubros que ya llevan más de dos meses sin abrir sus puertas, en tanto que otros hace apenas unos días que retomaron la actividad.

El escenario para muchas empresas es realmente complejo y las distintas voces empresarias apuntan en una misma dirección. En el mundo de las grandes empresas se habla cada vez con mayor naturalidad respecto de una seguidilla de firmas que entrarán en concurso de acreedores y evitar la quiebra. Entre las Pymes, en tanto, las previsiones son más duras: se habla concretamente del cierre de comercios.

"En los últimos días se permitió en algunos lugares la apertura de varias industrias, aunque por ahora en forma lenta. Desde ya que es una buena señal, pero hay mientras tanto otras preocupaciones que van apareciendo", explicó a El Cronista una fuente empresaria.

En este sentido, el ejecutivo resaltó dos cuestiones. Por un lado, la muy pobre nivel que muestra actualmente la demanda, a lo que se le debe sumar que las exportaciones a Brasil mostraron en el último tiempo una baja del 45%. Esto impedirá que la vuelta a niveles de ventas aceptables en el corto plazo, por lo que para muchas empresas las cuentas se harán cada vez más complejas.

"Son varias las que ya están pensando en entrar en concurso de acreedores y es todo cuestión de tiempo. Si el freno de la economía sigue, tal vez estemos hablando de que este proceso se podrá iniciar en no mucho más de dos meses. Y si se ve una apertura de algún modo inmediata, tal vez estemos hablando de un plazo que va hasta fin de año. Para algunas compañías ya está todo jugado y solo esperan ver cuánto se estira esta situación para analizar en qué momento arrancan el proceso", comentaron las fuentes.

Desde el lado de las Pymes la situación parece ser más compleja. Hay rubros que desde que arrancó la cuarentena obligatoria no pudieron levantar sus persianas, y hoy ya hay muchos que directamente piensan en no volver a hacerlo.

"La situación es realmente caótica. A hoy, entendemos que un 30% ya no está en condiciones de volver a operar, por más que digan que la semana que viene se vuelve normalmente a la actividad. Pero la realidad será mucho peor si esto continúa. En este caso diría que un 50% desaparecerá", dijo a El Cronista Fabián Castillo, presidente de la Federación de Comercio e Industria de Buenos Aires.

Además de resaltar el perjuicio que le generó al sector la imposibilidad de abrir las puertas de los comercios, Castillo destaca el daño que se genera ahora, al tener que volver a cerrar las puertas luego de haber sido habilitados hace dos semanas.

"Para abrir se debieron implementar protocolos, es decir comprar instrumentos y poner en marcha modificaciones a los locales para estar alineados con los cuidados que corresponden. Y ahora dan marcha atrás, es decir que se sumó un gasto en un momento tan difícil como este", se quejó.

Según un trabajo difundido recientemente por el Centro de Estudios de la UIA, en marzo la actividad industrial cayó 13,9% interanual y 16,8% mensual. De este modo, en el primer trimestre del año acumuló una baja de 4,9% respecto a igual período de 2019.

Este dato impacta en una industria que ya se encontraba operando en niveles muy bajos, acumulando importantes caídas respecto de los niveles alcanzados años atrás. El indicador acumuló una caída de 26,6% respecto de igual mes de 2015.

Este escenario se completa con un dato que marca con fuerza el estado de situación. Desde que se impuso la cuarentena (el 20 de marzo último), nada menos que 242 empresas pidieron el procedimiento preventivo de crisis, un mecanismo que les permite a las compañías suspender al personal, e incluso darlo de baja con una indemnización inferior a las que se dan por fuera de esta figura.

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