Las empresas necesitan volver a la actividad: cómo golpeó la cuarentena a estos seis sectores

Automotrices, autopartistas, aéreas, tabacaleras, hotelería, gastronomía y bodegas, son sólo algunos de los sectores que reclaman cambios en las reglas de juego. Algunos sostienen que el año ya está perdido y otros esperan una pronta resolución de su situación.

La cuarentena para prevenir la propagación del coronavirus tiene como contracara la parálisis total en muchos segmentos importantes de la economía, que piden el retorno a la actividad y alivios impositivos. Algunos ya perforan récords negativos, prevén pérdidas multimillonarias y ya plantean que 2020 es un año perdido.

En abril no se produjeron autos en el país

La industria automotriz es una de las que se encuentra virtualmente frenada y en abril se dio un hecho histórico: la producción de rodados fue cero, según datos difundidos ayer por Adefa, que muestran también que la baja interanul en las ventas fue de casi 74%.

Apenas hace unos días en Córdoba y Tucumán los gobiernos locales permitieron el retorno de la actividad, aunque con restricciones. Las terminales participan de la negociaciones con el Gobierno a través de la UIA, y casi desde el día uno de la cuarentena piden que se revean las restricciones.

En abril lograron que se flexibilice el comercio exterior, clave para el negocio ya que entre el 65% y el 70% de lo que se produce se exporta.

La gran preocupación pasa hoy por saber cómo se recompondrá la actividad una vez que el Gobierno permita abrir las puertas de las fábricas. "Esto no es de un día para el otro", dicen. Además, sostienen que algunas terminales tienen "stock para vender durante seis meses", y que no resultaría tan simple retomar la producción.

Autopartistas: realidades dispares

La actualidad de los autopartistas es diversa. El grueso de la actividad se da en el conurbano bonaerense, Córdoba y Santa Fe, donde la presencia de infectados es más alta que en otras regiones de la Argentina, y donde la actividad en general está acotada. En estas dos últimas provincias recién ahora se comenzaron a permitir algunas exportaciones, situación que pone en disparidad de condiciones a las firmas que no tienen ahí su foco de negocio.

Otra cuestión particular es que el mercado de reposición -el más afectado- funciona a media máquina, aunque se habilitó a los talleres a trabajar.

"Pueden abrir, pero a veces no tiene los repuestos que precisan", advierten en el sector. Además, las casas de repuesto solo pueden vender con envíos a domicilio. AFAC solicitó ya a varios municipios para rever esta situación.

Entre el 30% y el 40% de los cheques que recibieron los empresarios del mercado de reposición, volvieron rechazados, lo que deja a las claras la compleja situación que le toca transitar al sector, con una cadena de pagos rota.

Aéreas esperan pérdidas por u$s 3000 millones

La de las aéreas es una situación compleja. Imposibilitadas de operar con normalidad desde hace ya más de un mes, días atrás recibieron una dura noticia: hasta el 1° de septiembre no habrá vuelos comerciales. Recién pasado ese momento podrán comenzar a comercializar pasajes. 

 

En el sector reconocen que no esperaban una medida tan dura, y tenían la expectativa de que la liberación del merado estaría, al menos para agosto. Las compañías ya advirtieron que perderán ingresos por u$s 3000.

Parálisis total y kioscos sin stock de cigarrillos

La industria tabacalera hoy se encuentra totalmente paralizada. El 19 de marzo pasado –un día antes de que se instalara la cuarentena obligatoria- fue el último día que pudo poner en marcha su producción, y desde entonces espera la luz verde para volver a la actividad. Los intercambios del sector con el Gobierno fueron muchos, y hoy continúan, pero hasta ahora no hay grandes progresos.

Esta situación deterioró el suministro de productos hacia los canales de venta. Hasta hace 15 días los kioscos estaban abastecidos del stock que había quedado en los depósitos de los distribuidores, pero la semana pasada ese sobrante desapareció.

Desde el sector tabacalero indican que por cada día de inactividad se pierden ingresos por $ 875 millones, de los cuales $ 700 millones corresponden a impuestos. El resto es dinero que pierde el sector, desde el productor primario hasta el último eslabón y el comercio, pasando por la industria y la distribución. El sector vende anualmente unos 1600 millones de atados de cigarrillos.

Hotelería: año perdido e impago de alquileres

Para la hotelería este será un año para el olvido. Apenas pudieron sacar provecho de la temporada de verano -aunque con un mercado internacional de turismo ya herido por el coronavirus-, y desde mediados de marzo la parálisis fue total. El sector ya dio el año por perdido.

Depende en su totalidad del turismo, y no se espera que allí se pueda ver una rápida reactivación. "Como mínimo, hasta septiembre no se podrán vender pasajes, lo que nos está marcando una pauta", afirmó a El Cronista Graciela Fresno, presidenta de Fehgra.

 

La entidad agrupa también a los locales gastronómicos, otro de los grandes golpeados por la cuarentena. Apenas hace unas semanas lograron el permiso vender por delivery, lo que solo representa un 15% de su facturación habitual. Esto lleva a que hoy quienes explotan las superficies comerciales no estén pagando los alquileres.

"Es imposible. Nadie piensa en eso, sino en salir a flote y al menos pagar los sueldos", dijo Fresno. Fehgra mantuvo diferentes reuniones para intentar reabrir los locales, con restricciones, pero hoy no parece posible.

Reclamos para sostener la actividad vitivinícola

Bodegas Argentinas, la cámara que agrupa a la industria del vino en la Argentina, y que representa a más de 250 establecimientos productores, pidió hace 15 días al Gobierno que revea algunas medidas, sin resultados hasta el momento.

La entidad reclamó la reapertura de las vinotecas, el levantamiento de las prohibiciones de venta de vino en municipios y provincias, la eliminación de las retenciones a la exportación de vino embotellado, y el descongelamiento de los precios de los vinos embotellados.

"El costo fiscal estimado de eliminar las retenciones al vino embotellado es de $ 2000 millones, ahorro potencial que podría ayudar a sostener el negocio", dijo Bodegas Argentinas.

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