La industria muestra señales de alcanzar los niveles prepandemia

El segundo semestre de Alberto Fernández parece ganarle al de Mauricio Macri. La economía argentina ingresó en la segunda mitad del año con signos de recuperación mayores a los esperados debido a un nivel de actividad industrial que parece haberse acercado al ritmo que registraba a inicios de marzo, antes de que la pandemia de coronavirus y la cuarentena afectasen la vida de los 45 millones de argentinos.

El Informe del Panorama Productivo que elabora mes a mes el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo estimó que la actividad industrial pasó de caer al 26% en mayo a 6,6% interanual en junio, y los primeros datos disponibles de julio auguran una mejoría, basados en la demanda de energía, según datos relevados por esta entidad y que les provee Cammesa.

Para la cartera a cargo de Matías Kulfas, el repunte se explica por la recomposición de stocks que se fueron agotando por el parate de abril y mayo y la constante o tenue demanda, según sectores. También, el consumo de todo tipo de bienes y servicios ligados al hogar se vieron beneficiados de una mutación de los comportamientos de las personas, forzadas a permanecer en sus casas, y por precios que quedaron baratos medidos en dólares.

Asimismo, las industrias esenciales, como la alimentación y la química, recuperaron sendas de crecimiento interanual en junio y la industria automotriz, por caso, cayó el mes pasado apenas 1,5%. No obstante, sectores de gran impacto como la molienda de oleaginosas, la refinación de petróleo, la siderurgia, el aluminio, la producción de maquinarias y textiles sigue en una senda negativa. La industria de la construcción, por su parte, recortó la caída y parece mostrar un leve repunte.

El informe del CEP XXI también destaca que la facturación mediana real de algunos sectores seleccionados muestra señales favorables. En este grupo se anotan las ventas minoristas por Internet, aunque también agroquímicos, maquinaria agrícola y de uso agropecuario y forestal. Al respecto de este último sector, toda la cadena vive un "veranito" con el alza en ventas de muebles, colchones, sommiers, electrodomésticos de línea blanca y otros bienes del hogar.

Por el contrario, sectores ligados a las actividades no permitidas desde el inicio de la cuarentena continúan con números en rojo. Es el caso de los servicios prestados por profesionales de prácticas deportivas, la explotación de instalaciones para actividades físicas, el turismo, los bares, restaurantes, cantinas, discotecas, casinos, alojamientos de todo tipo, transportes turísticos y de larga distancia, espectáculos artísticos y otros entretenimientos. Todos ellos continúan con caídas del 100%.

También el cambio de patrones de consumo se evidencia en la caída de la venta de bebidas alcohólicas asociadas al ocio, en especial de cervezas (88%) los panificados y otros productos de panadería con venta minorista (60%), la venta minorista de bombones y golosinas -asociados a la circulación masiva de gente en la vía pública, con 67% a la baja- y la demanda de cafés molidos, con 57% de retracción.

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