La grieta, en la jura: peronismo puro en los palcos y una bandera en apoyo a Macri

El acto se llevó adelante en un clima de respeto, y en el que abundaron los cánticos "Alberto Presidente" y "Néstor no se murió", desde las gradas. 

Entre cánticos de "Alberto Presidente" y "Néstor no se murió"; la Marcha Peronista; pañuelos verdes y blancos; y hasta una bandera argentina con la frase "Vamos Mauricio", Alberto Fernández juró como presidente de la Nación este mediodía en el Congreso de la Nación.

Pese a las dudas acerca quién lo haría, con la opción de Cristina ya como vice efectiva, fue Gabriela Michetti la encargada de tomarle juramento a la dupla electa en los comicios de octubre. Durante toda la asamblea, la grieta sobrevoló en el recinto: en la mitad copada por los legisladores de Juntos por el Cambio fueron pocos los aplausos y abundaron las caras largas. Del lado del Frente de Todos, hubo cánticos, aplausos y selfies.  

Si bien estaba estipulado que los legisladores e invitados llegaran a las 10.30, cerca de las 9 comenzaron a ocuparse los palcos. Entre los más puntuales, estuvieron la escritora y una de las referentes en la lucha por la legalización del aborto, Claudia Piñeiro. Apenas se sentó, la escritora colgó su pañuelo verde y allí se quedó toda la jornada. A metros de ella, ya se encontraba sentado el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, junto a Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, que, como siempre, llevaba su pañuelo blanco en la cabeza. Hebe de Bonafini y Nora Cortiñas fueron otras referentes de Derechos Humanos que también tuvieron un lugar en los palcos. 

Entre los primeros en llegar al recinto, también se lo vio a Camilo Vaca Narvaja, ex pareja de Florencia Kirchner, y a los dirigentes sindicales Héctor Daer y Antonio Caló, así como al intentente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y su par de Hurlingham, Juan Horacio Zabaleta

Uno de los palcos más observados desde el recinto fue el que ocupó el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández y dos de los abogados de CFK: Gregorio Dalbón y Carlos Beraldi. Otro de los palcos más fotografiados fue el que compartió Malena Galmarini, quien estará al frente de Aysa, con el conductor de TV, Marcelo Tinelli y los empresarios de medios Daniel Vila y José Luis Manzano. 

En el recinto, se hicieron presentes los ex presidentes Eduardo Duhalde y Carlos Menem, quien llegó acompañado por su hija Zulemita. También, dieron el presente buena parte de los gobernadores, entre ellos, Gildo Insfrán, Gerardo Morales, Alicia Kirchner, Gustavo Valdés, Alberto Rodríguez Saá, Mariano Arcioni, Sergio Uñac y Juan Schiaretti. 

En tanto, junto al lugar que estuvo reservado para el futuro gabinete de Fernández se sentaron los cuatro de los cinco miembros de la Corte Suprema. Elena Highton de Nolasco fue la ausente de la jornada. Y, apenas una silla adelante de los supremos, se ubicó Estanislao Fernández, hijo del presidente, quien vistió un look formal: traje y corbata, acompañado por un pañuelo con los colores de la bandera LGBT en su bolsillo.   

Desde la explanada del Palacio, y luego de un cuarto intermedio de media hora, fue Michetti la encargada de recibir -a los besos y abrazos- a su sucesora y a Alberto Fernández, quien llegó al Congreso manejando su auto.

Mientras que Michetti se mostró sonriente con la dupla Fernández -y hasta Alberto empujó su silla de ruedas en el trayecto al recinto-, al ahora ex presidente Mauricio Macri se lo vio incómodo con CFK, y ambos se mostraron distantes. Incluso, una vez pasada la jura, que finalmente quedó en manos de Michetti y no de Cristina Kirchner como había circulado, Macri no se despidió de Cristina Kichner. En cambio, al ex presidente sí se lo vio cómodo con Alberto Fernández, con quien intercambió algunas palabras al oído, además de sonrisas y abrazos, así como también con Sergio Massa, a quien despidió con un fuerte apretón de manos antes de irse del recinto.

La presencia de Macri en el recinto pasó prácticamente desapercibida durante la asamblea, salvo algún abucheo aislado que le dedicaron desde la bancada kirchnerista, y de una bandera argentina que rezaba "Vamos Mauricio", que llevó la diputada Natalia Villa. Esto despertó el enojo de la diputada Graciela Camaño, quien se paró de su banca y fue a pedirle a la legisladora que la guardara.  

Ya ungido presidente, Alberto Fernández se calzó los anteojos y, durante una hora exacta, leyó un discurso que fue interrumpido por aplausos además de los cánticos de "Alberto presidente".

También, desde los palcos y del recinto se cantó "Néstor no se murió", cuando el presidente recordó a Néstor Kirchner. Uno de los tramos más aplaudidos del discurso, durante el que los legisladores se pusieron de pie -salvo buena parte de losde Juntos por el Cambio- fue cuando Fernández dijo que "Ni una menos" debería ser la bandera de "toda la sociedad". 

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