La Iglesia también pide relajar la cuarentena y prepara un protocolo para reanudar misas

La Conferencia Episcopal Argentina hizo llegar un petitorio para retomar celebraciones en la etapa de "cuarentena administrada". Dice que en momentos de "impacto económico" hay que valorar "aquellas cosas que proveen consuelo y fortaleza".

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) solicitó formalmente al Gobierno la posibilidad de ir hacia una "apertura gradual" de las iglesias de modo de reanudar a la brevedad la celebración de misas "con los debidos recaudos sanitarios", sin que ello conlleve riesgos de propagar el coronavirus entre la población.

Tras reunirse con el presidente Alberto Fernández el mismo día en que se anunció el aislamiento social preventivo y obligatorio con el objetivo de coordinar esfuerzos, las máximas autoridades de la Iglesia católica en el país hicieron su propio balance de la ayuda prestada para frenar la pandemia y solicitaron a la Casa Rosada que se evalúe la chance de reanudar el culto, ante la insistencia de muchos creyentes que reclaman volver a los templos para tener asistencia espiritual y recibir los sacramentos.

Este tema ocupó buena parte de una reunión ocurrida en la sede del episcopado, en el barrio porteño de Retiro, encabezada por el titular del cuerpo colegiado y obispo de San Isidro, Oscar Ojea, con el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, según pudo reconstruir El Cronista por diversas fuentes.

En paralelo, la Iglesia encaró la confección de una suerte de "protocolo" para mostrar a las autoridades que existe un posible plan para que la asistencia a misa no tenga más riesgos que las demás actividades ya exceptuadas y, por lo tanto, quede dentro de la nueva etapa de "cuarentena administrada .

En sus justificativos, el autor del plan preventivo -un prelado muy cercano al papa Francisco- sugiere que "si hay que prever los impactos económicos, también es conveniente valorar aquellas cosas que proveen consuelo y fortaleza a las personas en los momentos duros".

El protocolo

Un documento de circulación interna que llegó a manos de funcionarios nacionales propone la reanudación de celebraciones con público guardando al menos dos metros de distancia entre las personas, tanto a los costados como hacia atrás y adelante, lo cual supondría retirar o anular la mitad de los bancos de los templos.

De prosperar este plan, solo se permitiría dos personas sentadas por banco y, una vez cubierta la capacidad, no se acepte el ingreso de más feligreses.

A la vez, en las iglesias donde suele haber mayor afluencia, sugieren multiplocar la cantidad de misas, de manera que los fieles se distribuyan entre el sábado y el domingo. Los santuarios más visitados, como la basílica de Luján, donde el control de los ingresos y egresos puede entorpecerse, se mantendría cerrados.

Según la jerarquía eclesial, la reapertura de templos no conllevaría riesgos ya que "dada la capilaridad y cercanía" de los lugares de culto, prácticamente "no incidiría en el transporte". Asimismo, para evitar cualquier aglomeración, recomiendan que las misas "no duren más de 40 minutos" y "que la salida del templo sea progresiva y se eviten los saludos".

Finalmente, el programa transmitido al Gobierno sugiere mantener transitoriamente la dispensa de asistir a misa el domingo (o el sábado por la tarde) de manera que las personas que prefieran extremar los cuidados no se sientan obligadas a asistir. Y para quienes por su edad estén impedidos, reclaman mayor facilidades para el tránsito de sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos con alguna tarea ministerial.

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