La Ciudad utilizó menos de la mitad de los recursos que pidió por Presupuesto
Gastó 41,9% del crédito disponible por ley. Lenta ejecución en bienes de uso y obras de mantenimiento. Sbase y la Villa Olímpica, con signos de subejecución
Los más de $ 190.000 millones que dispone el Gobierno porteño por el Presupuesto 2017 se van utilizando de manera dispar. Ocho de los diez ministerios con los que cuenta Horacio Rodríguez Larreta cerraron el primer semestre con casi la mitad de las partidas asignadas, aunque con retrasos llamativos en erogaciones destinadas a bienes de uso (construcciones, compra de maquinaria y equipos) y en servicios de mantenimiento, reparación y limpieza, claves en áreas como Salud o Educación.
Al 30 de junio, solo dos ministerios exhibían una notoria subejecución de partidas. Fuera de esta disrupción, el gabinete muestra un perfecto cumplimiento en los desembolsos para propaganda y publicidad, algo sobre lo que la oposición machacó durante el período de campaña electoral.
Los datos surgen del "Informe sobre ejecución presupuestaria, producción física y stock de deuda". El documento recoge cifras parciales, según aclaran fuentes gubernamentales, pero que permiten conocer de modo fehaciente el día a día de la gestión en la Ciudad. Los datos finales se conocerán, recién, a mitad del año próximo.
De acuerdo a la Asociación de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), el Gobierno porteño cerró el primer semestre con una ejecución promedio del 41,9%. No obstante, Larreta dejó la vara un poco más alta: el Área Jefe de Gobierno cerró al 30 de junio con el 44,1% del dinero comprometido.
De ese modo, cinco ministerios quedaron por encima de la performance de las áreas que reportan directamente al jefe distrital: Ambiente y Espacio Público (55%), Salud (48,4%), Cultura (47,8%), Educación (47,1%) y Hacienda (45,7%). Por debajo de la marca de Larreta, todavía en márgenes aceptables, quedaron Justicia y Seguridad (43,2%), Gobierno (42,5%), y Hábitat y Desarrollo Humano (42%). Y debajo del piso del 40%, aparecen el ministerio de Modernización (38,4%) y el de Desarrollo Urbano (32,7%).
Pese al buen desempeño del Ministerio de Salud, que conduce Ana Bou Pérez, el desagregado exhibe un atraso en la ejecución de más de $ 2707 millones que debía destinar hasta mitad de año, y que se corresponden, en su mayoría, a la compra de bienes de consumo y servicios no personales. Un área sensible, como la Subsecretaría de Planificación Sanitaria, está en el orden del 31% de la ejecución de recursos asignados: con $ 576,6 millones solicitados, solo usó $ 178.965.951. En tanto, la subsecretaría de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria ya gastó 85% de sus recursos.
De igual modo, el ministerio de Educación, que dirige Soledad Acuña, ejecutó $ 2425 millones menos de los que preveía comprometer a mitad de año. Leído por grandes categorías, las demoras se dan en "bienes de consumo", "servicios no personales" y "bienes de uso".
La Subsecretaría de Gestión Económico Financiera y Administración de Recursos, encargada de la prestación de servicios y del mantenimiento y recuperación de la infraestructura escolar, solo había ejecutado al 30 de junio $ 55,9 millones de los $ 219,9 presupuestados (25,4% del total anual). Y de los $ 8.863.318 de crédito para que este área lleve a cabo tareas de "mantenimiento, reparación y limpieza", se usaron $ 850.216 (9,6% de lo previsto). Asimismo, de los $ 22,7 millones aprobados para adquirir "maquinarias y equipos", el pasado semestre solo gastó $ 1.106.840.
El Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte, de Franco Moccia, cerró con un promedio del 32,7%. De esta cartera depende Sbase, la empresa estatal a cargo de las obras del subte y que, a mitad del año, solo había ejecutado el 34,6% de los $ 6254 millones presupuestados. También la Villa Olímpica, que solo había ejecutado el 31,6% de los $ 2035,5 millones habilitados por ley para las obras de los Juegos de la Juventud, por celebrarse en 2018. Desde esa cartera explicaron que el presupuesto ministerial "está calculado con curvas de inversión constantes, pero los grandes proyectos tienen curvas de inversión desparejas", que en teoría trasladan los grandes gastos a la segunda mitad del año.