La Casa Rosada abre el juego a la UCR para el "plan alivio" del ajuste

Los gobernadores de Mendoza, Corrientes y Jujuy vienen a pedir medidas para reactivar el consumo y bajar el descontento en el electorado. La discusión política, aplazada

En plena tensión y con desavenencias al interior del gabinete, el Gobierno definió abrir el juego a sus aliados electorales de la Unión Cívica Radical (UCR) tras una cena celebrada la semana pasada con los más altos dirigentes del centenario partido, junto con el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora María Eugenia Vidal, plantearon la necesidad de mostrar cercanía a los sectores que más poder adquisitivo han perdido por el aumento de precios y la caída de los salarios, en una suerte de contención de cara a las elecciones.

Tras elevar la confrontación y protestar -por enésima vez- por un mayor peso en la toma de decisiones, los gobernadores radicales de Jujuy, Gerardo Morales; de Mendoza, Alfredo Cornejo, y de Corrientes, Gustavo Valdés, se sentarán este jueves en la Casa Rosada para abordar estrictamente la situación económica y recibir un estado de situación de las negociaciones que desde el ministerio de Producción y Trabajo y Jefatura de Gabinete mantienen con grandes supermercados para definir una lista de productos de la canasta básica que tendrían algún descuentos en los próximos meses.

El programa todavía está en plena negociación con los productores de alimentos y otros bienes de primera necesidad y los intermediarios comerciales, por lo que desde la cartera de Dante Sica -cuya permanencia en el Gobierno fue puesta en duda días atrás- mantienen cautela con la información que está circulando, conscientes del rechazo que un "control de precios" provoca en el empresariado. Por eso, desde el edificio ubicado en Diagonal Sur y Alsina se esmeran en aclarar que "no es de ningún modo un congelamiento de precios", sino un acuerdo del que todavía se desconoce el modo de instrumentación.

La tarea recae especialmente en la Secretaría de Comercio Interior, mientras que en Hacienda, con el ministro Nicolás Dujovne en Washington, advierten que cualquier avance deberá hacerse sin comprometer el objetivo de déficit cero, siendo de impacto nulo, casi nulo o bien cediendo algo que luego se recupere vía recaudación.

Así las cosas, el Gobierno contenta de momento al radicalismo, dándole voz (tal vez voto) en la definición de una política económica con impacto directo en la clase media y baja, a la cual los gobernadores precisan rescatar pensando en su supervivencia más allá de 2019. Mientras, quedó postergada para el próximo mes cualquier definición política y en tono electoral, como el cierre de listas y un eventual compañero radical para hacer tándem con el presidente Mauricio Macri, de cara al proyecto de reelección. Claro está, si acaso no prevalece la idea de una fórmula "PRO pura".

En el entorno del gobernador Cornejo confirmaron que se pretende evaluar "una serie de resoluciones económicas" y, a partir de los consensos a los que se llegue, confirmar un eventual encuentro entre el Gobierno y los radicales, con el presidente Macri, para el próximo martes. De haber un programa claro y consensuado, el anuncio podría arrimarse con la presentación del índice de inflación de marzo, que los analistas privados calculan en torno al 4%.

Pese a las declaraciones públicas del jefe de gabinete, Marcos Peña, y del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, negando que el Gobierno procure un control de las ventas, el radicalismo insiste en abordar la cuestión con los formadores de precios y así fomentar el consumo para detener algo la caída de la actividad. También valoraron la actitud de Peña y otros funcionarios, que estarían "más permeables a escuchar estas propuestas".

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