Jugada de Alberto: le quitan un punto de coparticipación a Ciudad para aliviar el conflicto con la Bonaerense

Después de una tensa jornada por la protesta policial, con una movilización a Olivos que encendió las alarmas de la dirigencia, el Presidente anunció el recorte de recursos federales a los porteños

Decía Leopoldo Marechal que "de los laberintos se sale por arriba" y Alberto Fernández  aprovechó la crisis de la policía bonaerense, en un escenario que incluyó a dirigentes de Juntos por el Cambio que se enteraron a último momento de la razón de la invitación, para hacer efectiva una advertencia que venía esgrimiendo desde su asunción, motorizada por Cristina Kirchner: la devolución de la copartipación que el gobierno de Mauricio Macri le dio en su momento a la Ciudad, en favor ahora de la provincia de Buenos Aires.

Después de una tensa jornada de protestas de uniformados, que llegó a la Quinta de Olivos, lo que generó una catarata de repudio de todo el arco político, el Presidente materializó un anuncio que se venía cocinando hace meses y se había acelerado a partir de su reproche sobre la "opulencia" del territorio porteño en comparación con el resto del país.

"Estamos tratando de reponer un equilibro que se perdió en la década del 80'", comenzó al anunciar el Fondo de Fortalecimiento Financiero y Fiscal para la provincia, que absorberá un punto de la coparticipación porteña que un decreto de 2016 aumentó de 1,40% a 3,75%.

"Tengo la tranquilidad que nadie puede mostrarse sorprendido porque lo hemos hablado muchas veces", relató Fernández. Si bien desde enero que venía negociando con Horacio Rodríguez Larreta la transferencia, que serían $ 35.000 millones, en el Gobierno de la Ciudad se sorprendieron por la movida, anticipada poco antes por un llamado del ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro.

El mismo funcionario habló durante el día con otros gobernadores por otro tema: para que salieran a respaldar al Presidente por el reclamo policial. Por la tarde, hubo una seguida de mensajes en redes sociales, incluido un tuit de Larreta.

Pero antes de que Fernández lo comenzara a hablar con el Jefe de Gobierno a principios de año, a dos días de asumir, el 12 de diciembre, había sido Cristina Kirchner quien abrió el debate, al comparar el presupuesto porteño con el de La Matanza, justo uno de los focos de la revuelta policial de ayer. Fue el epílogo de lo que vendría. En el anuncio presidencial, incluso, el propio mandatario reveló que hace pocos días lo había hablado con su vicepresidenta.

La revelación también los dejó en offside a los intendentes cambiemitas que fueron citados horas antes a Olivos para el anuncio. Jorge Macri (Vicente López), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Néstor Grindetti (Lanús), al igual que muchos de sus pares peronistas, creyeron que iban a la residencia presidencial por la crisis policial. Se enteraron minutos antes del anuncio de la jugada albertista.

"Lo primero que quiero decirle a los porteños es que la Ciudad va a seguir recibiendo los recursos necesarios", prometió el Jefe de Estado. Con una filmina comparó ambos distritos para justificar la medida. Y para que quedara clara la jugada, admitió: "No es esta la primera vez que estamos socorriendo a una provincia para resolver problemas de seguridad". Citó el caso de Santa Fe: parar evitar una réplica, como ocurrió en otras provincias, Omar Perotti anunció ayer su propio aumento salarial para la fuerza provincial.

A esa altura, por lo menos desde la gobernación bonaerense, sostenían que el cronograma del abordaje del conflicto seguía sin alteraciones: hoy Kicillof anunciará su Plan Integral de Seguridad, como se venía trabajando antes de la protesta, que incluye el prometido aumento salarial, unilateral. Considerando deslegitimada el reclamo por la movilización a Olivos que encendió las alertas de la dirigencia, en La Plata todo el día aclararon que no estaban en "una negociación" paritaria con los efectivos.

En ambos gobiernos esperan hoy desactivar el conflicto con el anuncio de Kicillof, respaldado por la transferencia de recursos, además del apoyo político, del Presidente a quien la crisis bonaerense le golpeó, literalmente, la puerta de su casa. "Esto no se resuelve escondidos en patrulleros tocando sirenas", pidió ayer Fernández en un acto en Quilmes. Cuando volvió Olivos ya lo esperaba una manifestación de un grupo de uniformados y, en medio de la tensión, desactivó una contramarcha a favor que organizaban movimientos sociales.

"Todo reclamo tiene un modo de hacerse, no todo esta permitido a la hora de reclamar", les pidió, rodeado de los 24 intendentes, Kicillof, la vicegobernadora Verónica Magario, Sergio Massa y Máximo Kirchner.

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