Gesto a Cristina Kirchner en el temario de sesiones extraordinarias que envió Alberto

El Gobierno extendió las sesiones ordinarias hasta el 11 de diciembre. Además de la legalización del aborto, el impuesto a las grandes fortunas y más recortes de fondos porteños, se incluyó para las extraordinarias la reforma de la Procuración que pedía la Vice

En apenas 5 horas, Alberto Fernández cumplió dos sueños diplomáticos de siglas compartidas: habló con su némesis regional, el brasileño Jair Bolsonaro, y más tarde con el electo norteamericano Joe Biden. La C de Cristina Fernández de Kirchner viene después de la B por lo que aún hay una llamada pendiente entre el Presidente y su Vicepresidenta, más allá del encuentro fugaz en el velatorio de Diego Armando Maradona.

La relación entre ambos, con una tirantez que ninguno se encarga ya de disimular, dejó de medirse en palabras sino más bien en gestos. El más importante que estaban esperando en el Senado, por parte de la Rosada, llegó anoche: la inclusión de la reforma de la Procuración General en el temario para las sesiones extraordinarias que rubricó Fernández.

Después de una cumbre ayer, el Gobierno decidió extender las sesiones ordinarias del Congreso hasta el 11 inclusive, y las extraordinarias serían del 12 de diciembre al 28 de febrero de 2021. Al cierre de la jornada se publicó en el Boletín Oficial. La prórroga, más allá de salvar en caso de ser necesario la sesión que se desarrollaba anoche por el recorte de fondos a la Ciudad, hubiera servido además para que Fernández aplicara una solución salomónica: apuntalar a que sea el propio caudal legislativo del Congreso el que lleve el proyecto auspiciado por Cristina Kirchner al recinto de Diputados. 

No fue así. Entre 25 iniciativas impulsadas por la Rosada, como la ya adelantada legalización del aborto, el Consenso Fiscal o el "impuesto a las grandes fortunas", también figuran los cambios que realizó el Senado sobre el sistema de elección del futuro procurador. Las diferencias entre ambos eran archiconocidas. El Jefe de Estado se sentó con Daniel Rafecas a 7 días de asumir para presentarlo como su candidato, al enviar un pliego demorado primero por la pandemia y luego por el kirchnerismo. Sucede que si bien cerca de la Vicepresidenta esquivan admitir que el juez federal no es santo de su devoción, le achacan que él mismo declaró que no pretendía ser entronizado por el Senado bajo un nuevo método para su nombramiento. Eso es justo lo que pretende hacer la ex mandataria.

"Con la 'Grieta' y una política tan dividida, no es posible aprobar un postulante con los dos tercios de la Cámara. (Mauricio) Macri tampoco pudo nombrar uno en 4 años", argumentan en la presidencia del Senado, en referencia al interino Eduardo Casal. El cristinismo celebró como anillo al dedo la iniciativa del senador rionegrino Alberto Weretilneck que propone reducir los votos necesarios para nombrar y remover al jefe de los fiscales.

En la Rosada sigue haciendo ruido el autor del proyecto, porque ven entre sombras a la Vice, pero hay que recordar un antecedente de Wereltineck con la Procuración que tal vez lo motive: fue Casal quien le impidió aspirar a otra reelección en 2019. Recién hace una semana atrás, el Presidente avaló la modificación del método de elección.

La reforma fue votada en el Senado el viernes pasado y ahora continuar su camino a la Cámara de Diputados. Si Fernández la incluía en el temario de las extraordinarias, iba a ser interpretado como un gesto de distensión hacia Cristina Kirchner. Eso hizo. 

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