Experiencia de profesionalización en una firma familiar

Andrea Grobocopatel, vicepresidente de la agropecuaria Los Grobo, compartió la experiencia de esa empresa familiar en su trayectoria para profesionalizar sus estructuras de gobierno corporativo desde el momento en que los accionistas tenían puestos tres sombreros distintos hasta la etapa actual, en que se incorporaron nuevos accionistas y directores externos.
El siguiente es el relato de la ejecutiva:
En Los Grobos siempre supimos que queríamos ser buenos hermanos, que queríamos mantener la familia unida, y la empresa tenía que ir por otro canal. Y para eso era necesario profesionalizar la compañía.
En la etapa de 1984 a 2000, en la compañía se confundían los roles. Empezamos a separarlos y recién ahí profesionalizamos la empresa. La turbulencias de 2001 también marcaron el rumbo.
Al principio teníamos tres sombreros juntos, yo era gerente financiero, director y accionista.
Entonces buscamos quién sabía de gobierno corporativo y llamamos al IAGO (Instituto Argentino de Gobierno de las Organizaciones).
Nos propusimos salir del management. Cuando la empresa crece y ya hay muchos gerentes, el gerente dueño siempre parece que tiene más poder, por más que uno crea que somos todos pares. Tomar esa decisión fue un gran esfuerzo.
También fue un tema cómo hacer para que mi padre deje la organización sin sentirse que estaba aislado, pero como su estilo de gestión era diferente al que nosotros queríamos, era necesario. El sólo dijo les dono las acciones, ustedes trabajaron 20 años en la empresa, y ya es de ustedes.
Otro punto de la profesionalización es estructurar como comunicarse, como rendir cuentas.
Finalmente, lo que llamamos típicamente profesionalización implica fortalecer las estructuras, los órganos de gobierno. Hay que tener una asamblea familiar o de socios y un directorio donde se defina la estrategia, se defina un presupuesto, se controle cómo trabaja el management. Y después un comité ejecutivo.
La familia donde no puede dejar de estar es como accionista, porque son los dueños. No todos los familiares, sino los dueño. Hay otra estructura que se puede armar que es el consejo de familia o la asamblea de familia.
En Los Grobo hacíamos asambleas de accionistas los hermanos, mis padres, porque éramos los accionistas, pero invitábamos a todos, a los maridos y a los hijos, por más chicos que fueran.
Ahora tenemos accionistas
brasileños, uruguayos, a veces se nos pasa hacer esa reunión y los chicos nos la piden. Y para nosotros es otra forma de que aprendan.
El directorio además necesita siempre directores externos, que no hayan vivido la compañía, porque otorga una diversidad. En un directorio de siete, pienso que lo ideal son dos externos, uno sólo es poco, entre dos se fortalecen, los equipos siempre funcionan mejor.

Las más leídas de Economía y Política

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés