"Es posible que la UCR compita en las PASO contra Macri"
El legislador radical es optimista de cara a 2019 pero reconoce que el Gobierno debe escuchar "cuestiones de fondo" y que la sociedad atraviesa "momentos difíciles y complejos"
El senador Luis Naidenoff advierte que más allá de la recesión económica, el saldo de Cambiemos es positivo. En diálogo con El Cronista, el referente radical reconoce que "sobrestimaron" el apoyo del mercado, cuando llegaron a la Casa Rosada.
- Esta semana Macri habló de su candidatura. ¿La UCR competirá en las PASO contra el Presidente?
- El radicalismo tiene el desafío de construir un actor con liderazgo nacional. Cambiemos ya compitió en las PASO de 2015 con tres candidatos a presidente: Carrió, Sanz y Macri. Es un escenario que no descarto.
- ¿Es posible? ¿Quiénes podrían ser?
- Es posible, pero no me imagino aún el escenario y los nombres para 2019. Esa mirada electoral es la que te impide planificar políticas de Estado.
- En los últimos tres meses hubo varios cambios en la estructura del Gabinete. Pero la UCR no aumentó su representación. ¿Esperaban una mayor apertura del Gobierno?
- Las razones por las que el radicalismo tomó la decisión de ser socio en Cambiemos, en Gualeguaychú (2015), se mantienen vigentes y con resultados satisfactorios para la sociedad. El denominador común fue dejar atrás el populismo. Dejar atrás una década que devastó al Estado en lo institucional, social y económico. Creo que esa devastación tuvo la peor de las caras con el nivel de corrupción, la obscenidad, que ni imaginábamos, como fue durante la última década en materia de negocios entre funcionarios y empresarios. Esos pilares están vigentes con un elemento que quiero poner en valor: Cambiemos se constituyó como coalición desde la diversidad. En una cultura política como la Argentina marcada por la disciplina, el autoritarismo y el verticalismo, expresar disidencias en el marco de una coalición es novedoso. Bueno, dejemos el punto de inflexión en materia económica, y el resultado es satisfactorio.
- ¿Por qué?
- Desde lo institucional, desde el punto de vista del federalismo, ¿de qué Argentina venís? Un Poder Ejecutivo que concentraba recursos, disciplinaba gobernadores y prácticamente iba a la caza de los intendentes a través de la concentración y el disciplinamiento. Antes, se coparticipaba el 25% de los recursos. Hoy las provincias tienen un nivel de coparticipación del 34%. En 2015, de cada tres provincias, dos presentaban déficit. Hoy, de las 22 que suscribieron el consenso fiscal, 20 tienen superávit.
- Al Gobierno le cuesta hacer autocrítica sobre la volatilidad económica. ¿Cuáles son los errores de Cambiemos para llegar a esta situación?
- Creo que sobrestimamos la importancia que podía tener en el mundo la irrupción de una fuerza que dejó atrás una década de populismo. Quizá se pensó que era condición suficiente para que los propios mercados acompañen el financiamiento de una política gradual.
- Esta semana hubo un paro contra la política económica del Gobierno. La oposición y los gremios logran cohesión, mientras el Gobierno exhibe diferencias. ¿Por qué pasa eso?
- La excusa del paro es el contexto económico pero las razones son otras. Cada día se suman más razones políticas especialmente por expresiones sindicales que están acorraladas por otras causas y los movilizan cuestiones vinculadas a la justicia más que a la defensa de los trabajadores. Como así también de algunos sectores de la política que acompañaron esta decisión, me parece a mí entrando en un terreno complejo. Hay sectores de la dirigencia sindical y política con marcada intolerancia que no tienen capacidad de respetar los tiempos en democracia para la elección de un nuevo gobierno.
- ¿Qué análisis hace del paro del último martes?
- El saldo de un paro suele ser negativo. Pero creo que el Gobierno tiene que escuchar algunas cuestiones de fondo. Somos conscientes de que hay sectores de la sociedad que están pasando momentos muy difíciles, complejos. Y en un momento difícil y complejo, el Gobierno, a partir de la devaluación, fue por los ingresos. Se atacó por dos vías. Primero, por los ingresos. Con aquellos sectores que se vieron beneficiados por la devaluación estableciendo un impuesto para los saldos exportables en la producción primaria pero también en servicios. Y también en la decisión de ampliar la cobertura social.