En el Frente de Todos reciclan el "Braden o Perón" por "Alberto o el FMI"

En el frente opositor que encabeza Alberto Fernández celebran haber instalado la economía como tema de campaña, más allá de la polémica. Apuestan a la demonización del organismo como en 2003.

El slogan "Braden o Perón", clásica dicotmía entre el líder justicialista y el embajador norteamericano inmortalizada en pintadas callejeras, parece repetirse en este 2019 con otros protagonistas. De un lado, Alberto Fernández, presidenciable del Frente de Todos; del otro, el Fondo Monetario Internacional.

La polémica que desató el precandidato con su propuesta sobre los intereses de las Leliq fue enseguida resignificada como una nueva batalla K. Como ya contó este diario, desde el comando de la campaña albertista destacaron como positiva la instalación del tema, más allá de acusar malinterpretaciones, al tratarse de un tópico económico. A pesar de un dólar sin sobresaltos, sigue siendo el talón de Aquiles del macrismo, que a menos de dos semanas de las PASO todavía no caló en la agenda electoral.

Salvo lateralmente, como el "Pindonga-Gate" que generó Cristina Fernández de Kirchner. Inflación y pobreza son dos problemáticas ausentes aún en campaña.

"Es como alguien dijo ayer en un tuit: 'Hay que pegarle al chancho para saber dónde está el dueño'. Yo lo critico a (Mauricio) Macri y me responde el Fondo Monetario", ironizó el ex jefe de Gabinete durante una conferencia de prensa en Entre Ríos. Se refería, claro está, a las declaraciones de Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, que pronosticó que "las tasas de interés reales deberán permanecer altas por más tiempo".

Junto al gobernador anfitrión Gustavo Bordet, uno de que en época de Cambiemos era considerado como del PJ "dialoguista", Alberto F. se quejó: "Podemos mentirle a la gente y decirle que la economía está tranquila porque el dólar está quieto". Desde ese punto de vista, en Todos se apuntaban como victoria que desde la Casa Rosada no haya habido una voz económica que saliera al cruce, sino más bien voceros satelitales como Martín Lousteau, otro ex funcionario cristinista.

Fiel a su estilo, más allá de cierta denotada moderación, desde el cristinismo tomaron el debate como una nueva batalla cultural. "Salieron con el FMI como vocero. Acá es el Fondo o Alberto. El Fondo o aumento de jubilaciones. Ellos tienen que explicar porqué esa plata va a los bancos en lugar de a remedios", fue el análisis desde el Instituto Patria.

También Sergio Massa apuntó contra el organismo de crédito, ahora que rompió el silencio mediatico. "En agosto se elige entre un modelo de país en el que el trabajo, la producción, la educación pública de calidad y el mercado interno como motor de la economía sean los factores centrales, o la continuidad de un Gobierno cuya economía la decide el FMI y que implica recorte a las jubilaciones, menos salarios y menos derechos", afirmó el precandidato a diputado por Buenos Aires, luego de visitar una fábrica en Hurlingham.

La demonización del FMI, actor histórico de la economía argentina que volvió al escenario, no es casual: su confrontación (más allá del pago posterior) fue una de las primeras peleas de Néstor Kirchner para fortalecer su presidencia de apenas el 22% de los votos. Una de las banderas del albertismo es que, según ellos, Macri dejará un país como el que recibió el santacruceño en 2003.

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