AMBOS SE REUNIERON EN OCTUBRE, PERO NO HABLARON DE CANDIDATURAS

El plan de gobierno que Manes le propuso en reserva a Lavagna

En un diálogo cara a la cara, el científico le planteó una serie de propuestas. Hubo muchas coincidencias y la necesidad de lograr un consenso en la oposición

La tentación de poner el carro delante del caballo ha sido una constante en la vida política argentina. Lo saben de sobra los políticos locales, conocedores, todos, -de derecha a izquierda y de izquierda a derecha- del paño electoral y del riesgo de anticipar sus propias candidaturas individuales antes de contar, de mínima, con un proyecto de país y un programa de gobierno a implementar.

Lo que no quiere decir que la dirigencia vernácula no haya caído cientos de veces en esa suerte de pecado capital que, aunque desafía al sentido común, se repite en cada proceso electoral argentino. Y vaya si lo sabe también el neurocientífico Facundo Manes, el outsider que en las últimas semanas se sumó al lote de presidenciables de 2019, curiosamente, sin que haya salido de su boca, hasta ahora, una sola palabra pública confirmando su decisión de jugar en las elecciones de octubre próximo.

Sin embargo, hace ya tiempo que el médico más famoso de la Argentina coquetea con la política y es bien conocido que estuvo a punto de competir como diputado en 2017 por el oficialismo, una candidatura que naufragó antes de nacer por profundas diferencias de enfoque con Marcos Peña y Jaime Durán Barba, dueños indiscutidos de la estrategia electoral de la Alianza Cambiemos.

Por ahora, en su entorno le bajan el tono a una postulación para este año (aunque el escenario -reconocen- está muy abierto y por tanto no se descarta nada), pero admiten que Manes sigue trabajando fuertemente en la conformación de un "movimiento cívico" que empodere a la sociedad civil para generar una fuerte presión social, "de abajo hacia arriba", a fin de que, gobierne quien gobierne a partir de diciembre próximo, se discutan políticas de Estado en serio en el futuro de la Argentina.

Por lo pronto y -justamen-te- para no cometer el error de "poner el carro delante del caballo", Manes viene ocupán-dose en el último tiempo de diseñar un esbozo de plan de gobierno y, según supo El Cronista, él mismo se encargó de acercárselo a Roberto Lavagna, con quien se reunió en estricta reserva en octubre pasado, cuando la eventual candidatura del ex ministro de Economía era apenas un rumor.

En rigor, el economista ya ha dicho que sí está dispuesto a calzarse el traje de candidato, aunque bajo una serie de condiciones que son por demás conocidas: no competir en una primaria y que su candidatura sea producto de un acuerdo político amplio que exceda al peronismo e incluya a importantes sectores del progresismo y a los desencantados de Cambiemos. Un entramado difícil de tejer, políticamente hablando, aunque no imposible, teniendo en cuenta la creciente franja de votantes que, según rezan las encuestas, buscan hoy alguna opción que les permita escaparle a la grieta entre el macrismo y el kirchnerismo.

Según pudo reconstruir este diario, en ese cónclave entre Lavagna y Manes hubo muchas coincidencias y efectivamente se habló de la necesidad de lograr un consenso en la oposición -que hoy aparece fragmentada- para satisfacer una demanda que es real: la de una alternativa que logre romper la "falsa" dicotomía Macri o Cristina. Al parecer, Lavagna recibió de buen grado las propuestas del neurocientífico para sacar adelante al país y ese diálogo, que por ahora no volvió a repetirse, quedó abierto.

De ahí a decir, como aventuran los más entusiastas promotores del neurólogo, que una fórmula Lavagna-Manes es un camino posible, claro, hay un largo trecho. Por lo pronto, si de lo que se trata es de lograr consensos en la oposición, empezar por la repartija de cargos desde el vamos sería un grosero error e iría en contra de ese objetivo, razonan cerca del economista.

 

Las propuestas

 

Como sea, el plan de Manes va tomando forma y no se descarta que en poco tiempo el neurocientífico decida hacerlo público. Sus principales propuestas son:

"Unir a los argentinos". Fue una de las banderas principales que enarboló Macri en la campaña de 2015 pero que fue a parar rápidamente al arcón de las promesas incumplidas, cuando el Gobierno se percató de que su supervivencia en el poder, tras una gestión de casi tres años y medio con escasos resultados para mostrar, reside precisamente en la continuidad de la grieta que nunca dejó de fogonear.

Generar un consenso económico y social. Esto es, un acuerdo al estilo de los Pactos de la Moncloa, que vendría a ser también una manera de asegurarse que cualquiera sea el vencedor en octubre (o en el ballotage de noviembre), contará al comenzar su gobierno con el consenso de una amplia mayoría.

Un plan estratégico de país. Hoy por hoy, dicen cerca de Manes, este programa brilla por su ausencia. El Gobierno está embarcado en "el Plan Perdurar", como llama el economista Carlos Melconian a la estrategia oficial para permanecer en el poder, y nada hace vislumbrar que haya un plan a futuro para apuntalar el crecimiento.

Nutrir a los chicos argentinos. Según las estadísticas, entre uno y tres millones de niños en el país pasan hambre, y de diez chicos, cuatro están hoy mal nutridos, en un país que produce alimentos para 400 millones de personas. "Alimentarse es un derecho. Acabar con la desigualdad en el acceso a los alimentos es una cuestión de prioridades y de que exista una voluntad política real para ello. Debe primar ese derecho ante todo: el hambre es una urgencia", suele repetir Manes cada vez que habla de este tema.

Un plan de estabilización económica y de crecimiento dado por la vinculación entre el conocimiento y el sector productivo. Este punto es un caballito de batalla del neurocientífico, que además busca crear una red que logre articular a distintos actores académicos y científicos hoy dispersos que podrían aportar al país.

Un plan educativo. "Hay que hacer una revolución educativa. Éramos la meca. Hoy no lo somos. No podemos vivir del pasado, nuestros vecinos nos han superado. En vez de preocuparnos, discutimos las mediciones, se le escuchó decir a Manes en alguna de las charlas que da por todo el país hablando del cerebro argentino.

Un plan de salud integral, ya que un país enfermo, razonan cerca del neurólogo, "no puede producir".

El deseo de Manes es que todas estas ideas fuerza se debatan en medio de la campaña, y no que se ponga el foco en si él será o no candidato en octubre. ¿Lo logrará?

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