EL ACUERDO DE ASOCIACIÓN BIRREGIONAL CONTEMPLA ASPECTOS POL TICOS Y DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL POCO CONOCIDOS

El acuerdo con la UE afectará la posición argentina en foros globales

El acuerdo de asociación estratégica entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), que entrará en su recta final de negociación en las próximas semanas, contempla aspectos que trascienden la mera relación económica y comercial, y que abren un abanico de temas en el plano político y de la cooperación poco conocidos al momento.

El borrador del tratado de ambas regiones buscan poner en marcha en un plazo de dos a tres años contempla una "declaración de principios" de ambos bloques, con un énfasis en la vigencia de la democracia, los derechos humanos y la economía de mercado, entre otros aspectos que se plantean para dar una señal de cara al mundo.

Esta manifestación de principios, lejos de interpretarse como una mera enunciación, demarcará el terreno sobre el cual se moverá la Argentina en los próximos años sobre la escena internacional, ya que el país contraerá el compromiso de cooperar con los europeos para instrumentar la Agenda 2030 para el Desarrollo, de Naciones Unidas, y el Acuerdo de Paris contra el cambio climático, entre otros temas.

Pero no es solo eso: el capítulo político del acuerdo prevé que ambas regiones establecerán "mecanismos de consulta" para discutir e impulsar iniciativas conjuntas en "organismos, foros y agencias", con "instancias de coordinación de posiciones", según reconoció a El Cronista un diplomático empapado en la discusión. En términos prácticos, la Argentina fijará posición de cara al mundo ya no de modo unilateral, sino tras pasar por instancias donde pueda influir y ser influida por otros países.

Esta sección del acuerdo pondrá a la Argentina más cerca de los países desarrollados, y más lejos de las naciones menos industrializadas y en vías de despegue, en una clara diferenciación de la política exterior que enarboló el kirchnerismo, que hizo del Grupo de los 77 (G77) más China su foro preferencial. Macri, en cambio, alaba la OCDE, y el G20 que ahora preside.

A diferencia del apartado comercial, este aspecto del acuerdo establece derechos y obligaciones entre estados, y su carácter vinculante ha motivado que el Mercosur entre en un proceso de revitalización de estructuras, para asegurarle a Europa que cumplirá con lo prometido.

Bruselas mira todavía con desconfianza, ya que la unión aduanera carece de tribunales judiciales que obliguen a los estados a cumplir, lo que despierta el temor europeo de que terminar en un acuerdo abstracto.

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