El Gobierno rechaza que Macri vaya a las PASO pese al reclamo radical

El PRO confía en su campaña y quiere mantener la identidad de Cambiemos (sin cambios). Desafío: no más inestabilidad económica antes de las elecciones

La UCR presionó para que el presidente Mauricio Macri compita en las PASO contra otro presidenciable (como Martín Lousteau) e incluso que Cambiemos sume más socios en su alianza electoral el próximo 12 de junio. Pero nada de eso está en los planes del PRO. Desde ese partido aseguran que Macri es el candidato y que el Presidente no competirá en ninguna interna.

Tras la reunión de gabinete, el senador Federico Pinedo blanqueó: "no creemos que sería buena idea hacer una elección interna contra el presidente de la Nación". Eso mismo piensan quienes arman la estrategia electoral de Cambiemos.

"El candidato es Mauricio. María Eugenia sigue en la Provincia. Y no pensamos ir a internas en las PASO con Lousteau o con quien propone el radicalismo porque no nos suma. De hecho, después de la primaria nos puede sacar votos…", explicó un alto funcionario de Cambiemos, al tanto de la campaña.

Según los armadores del PRO, la UCR ejerce la misma presión que en 2015 cuando querían sumar a Sergio Massa. Y en la campaña que dirige el jefe de Gabinete, Marcos Peña, confían en que van a sumar votos si mantienen la identidad. Una crítica al reclamo de Cornejo es que está sumando linealmente los números de encuestas (que dicen que sólo Vidal le gana a CFK), como si eso fuera la solución. "No podés sumar intención de voto si todavía no sabés quiénes son candidatos; no sabe como funciona la sociología del voto. No es cuestión de sumar números", comentaron.

En el oficialismo confían en que la campaña les va a dar rédito. El planteo que harán será "futuro" versus "pasado", en una polarización con el kirchnerismo. En esa línea, aceptarían que la economía dio malos resultados pero que estos años "fueron los cimientos" para una estructura "estable que dará sus frutos en los próximos años". El desafío base será retener a los votantes de 2017.

La clave para el PRO es llegar a las elecciones "sin miedo a la inestabilidad" que generan las corridas cambiarias y la suba del riesgo país. Y creen que hay dos fechas en las que puede volver la volatilidad. El 27 de mayo, el mercado va a estar atento a las definiciones de la convención radical. La otra será el 22 de junio cuando se inscriban las candidaturas para las elecciones presidenciales

El titular de la UCR agitó el avispero el miércoles cuando llamó a armar un frente antikirchnerista con popes del peronismo como Juan Schiaretti y el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna. En Casa Rosada rechazan la idea. "¿Habló con Lavagna o Schiaretti antes de decir esto? Me parece que no…", comentó un pope del PRO. "En realidad presionan para que Martín Lousteau compita en las PASO", agregaron.

También hay dudas en al UCR. No están del todo convencidos de ir con Lousteau a una PASO. "El PRO nos puede decir que sí y que después hagamos D´Hondt (sistema por el que la cantidad de votos de cada lista define el número de candidatos al Congreso) con las listas de legisladores… No nos conviene", razonaron desde el Comité.

Anoche, en San Telmo, fue la cumbre radical. Ernesto Sanz, Enrique "Coti" Nosiglia, Alfredo Cornejo, Daniel Salvador, Ángel Rozas, Mario Negri, Gerardo Morales y Gustavo Valdés cenaron juntos. De cara a la convención del 27 de mayo, los popes están "acercando posiciones", como dijo una fuente.

El consenso hasta ahora sería Cambiemos, sí. Las dudas están en incluir algún punto respecto a ampliar Cambiemos. La duda es si luego de incluir ese punto, desde el peronismo, Lavagna, Massa, Urtubey o Schiaretti, rechaza integrarse a la coalición oficialista. También hay dudas sobre si debieran competir en las PASO. Lo que es muy probable es que reclamen institucionalizar cómo funciona la coalición oficialista. Cómo se toman las decisiones con el PRO y la Coalición Cívica durante la gestión. Que no sea una alianza parlamentaria o que aparece sólo en momentos de crisis, comentaron.

Entretanto, por estas horas, la Casa Rosada trata de cerrar las heridas que abrió Córdoba. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, almorzó con Mario Negri, quien perdió en las elecciones de este domingo. La idea es que el radical lidere una pacificación con su adversario Ramón Mestre y demás referentes de Cambiemos en Córdoba.

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