REUNIÓN DE CONGRESALES PARA RENOVAR AUTORIDADES

El PJ armó una junta electoral sin La Cámpora y con discursos encendidos contra los Buitres

En el arranque del proceso eleccionario hubo silbidos a Pichetto y reclamos a Macri. Estuvo Bossio tras su ruptura en Diputados. Algunos insisten con una lista de unidad

Con los últimos acordes de la Marcha Peronista resonando en la cancha de básquet, comenzó la caótica desconcentración, igual más ordenada que un complicado ingreso que derivó en minutos de forcejeos. Entre los primeros en traspasar la puerta estaba el que ofició de anfitrión, José Luis Lingeri, secretario del Sindicato de Obras Sanitarias. "¿Viste? Al final no te rompimos nada", lo tranquilizó uno de los dirigentes que presidió ayer la mesa principal el Congreso nacional del Partido Justicialista. Si bien en público negaban la probabilidad de un final a los sillazos ("Quieren mostrar que nos peleamos"), la amenaza en la previa era cierta.


Con un PJ dividido en la cancha ("iremos juntos si no podemos ir unidos", reclamó el histórico Lorenzo Pepe) entre halcones (camporistas) y palomas (dialoguistas). Con el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner lejos, aún en el sur, pero con la incertidumbre de su regreso. Con un peronismo "tradicional" que quiere barajar y dar de nuevo. Con los que quieren entreabrir las puertas ("Nuestro adversario no está acá dentro, es Macri", sentenció el diputado Fernando "Chino" Navarro, portero de un PJ abierto") y los que prefieren dejarlas entrecerradas. Cada sector se llevó de Obras lo que fue a buscar:


n Los gobernadores y/o peronistas tradicionales (que reclaman ahora horizontalidad en un partido de costumbres verticalistas) se fueron con la Junta Electoral conformada y la promesa general, en el pasamanos del micrófono, de acordar una "lista de unidad" para la obligada (ante la amenaza judicial de intervenir otra vez el partido) renovación de autoridades el 8 de mayo, para despedir al transitorio Eduardo Fellner.


n La Cámpora demostró su malestar e indiferencia (la misma que expone la ex Presidenta al PJ) al negarse a integrar el flamante órgano electoral, comandado por el jubilado cacique bonaerense Hugo Curto. Y también, con un Diego Bossio en el auditorio, aprovechó para tribunear la propuesta adelantada por este diario: que el partido obligue a sus legisladores a no dar quórum cuando la Casa Rosada pretenda derogar la Ley Cerrojo. Al no estar en el orden del día de la convocatoria, era muy difícil forzar su votación. Pero los intendentes Jorge Ferreresi (Avellaneda) y Patricio Mussi (Berazategui), que prometió que "no vamos a poner palos en la rueda, salvo que sea para endeudar otra vez al país"; más el ex secretario general Oscar Parrilli, oradores de la idea de remasterizar el Braden o Perón con Patria o Buitres, se conformaron con los aplausos que despertaron. Pero más con los silbidos que recibió el jefe de la bancada de Senadores, el peronista de raza Miguel Angel Pichetto, cuando se mostró más flexible con el Gobierno porque, dijo, "sacar al país del default es una tarea de todos".


n Y, por igual, obligaron a diluir, primero a grito pelado del parladiputado Agustín Rossi, la buscada reforma de la Carta Orgánica para que en 2020 sus autoridades sean electas, sí o sí, sin el voto de los afiliados y de manera indirecta; algo que en la práctica ocurre desde siempre en un PJ que nunca tuvo internas para cargos partidarios.
A las 11, aún quedaban decenas de sillas vacías. Fueron invitados 900 congresales de todo el país pero cuando entraron 662, el PJ ya anunció el quórum para sesionar. El presidente del Congreso, el gobernador formoseño Gildo Insfrán, apenas pudo decir dos palabras antes de ser interrumpido con el "A pesar de las bombas" de la Juventud Peronista, marcando la cancha dialéctica. Se recordó al operador todoterreno Juan Carlos "Chueco" Mazzón. Lingeri se quejó por el "olvido" de Néstor Kirchner en el in memorian peronista.


La conformación de la Junta Electoral del punto 2, con la negativa camporista personificada en Eduardo "Wado" De Pedro, había sido rosqueada minutos antes en el VIP. "Aprobada por unanimidad", dijo rápido Insfrán, apenas viendo las manos levantadas. El orden del día querían votarlo en forma exprés. Pero, mientras Beatriz Rojkés de Alperovich filmaba con su celular, llegó el tercer ítem: la elección indirecta. Rossi comenzó a gritar, reclamando el micrófono. "Es un retroceso de mocrático", se quejó. Se sumó Pichetto: "Se acabaron los documentos que venían por escrito (desde la Rosada cristinista)". Murmullos. Para apagar el incipiente incendio, la mesa conductora cedió postergar (tal vez para siempre) la discusión.

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