EL PJ bonaerense prepara una cumbre veraniega e invita a Massa y Randazzo

Sergio Massa estaba contando que se tomará unos días de vacaciones en Pinamar, esta vez no en el country La Herradura como en años anteriores. "¿Vas a ir al encuentro del nuevo PJ bonaerense?", le preguntó su interlocutor. "No, es en Santa Teresita, es lejos", replicó con una media sonrisa el jefe del relanzado Frente Renovador, con un brindis de fin de año ayer en el Museo de Arte de Tigre, olvidando la marca electoral 1País que lo dejó fuera de la Cámara de Senadores. La distancia entre ambas localidades es de 73 kilómetros.

Cuando se lo consulta a Florencio Randazzo por la eventual invitación, también habla de lejanía, pero en su caso temporal: "Falta mucho", sostienen en su espacio Cumplir. El "retiro espiritual", en terminología macrista pero que el peronismo denomina "Congreso partidario", será la primera quincena de enero, un encuentro que se repite todos los veranos, salvo alguna que otra suspensión cuando los ánimos estuvieron caldeados. Será encabezado por Fernando Espinoza, el matancero electo por Unidad Ciudadana, lo cual aleja (por ahora) a algunos del convite. Cristina Fernández de Kirchner es la palabra vedada, si bien la ex Presidenta acapara la centralidad opositora con sólo abrir la boca.

Después de ser electo presidente del peronismo provincial, el intendente Gustavo Menéndez (Merlo) tomó mate en la casa de Massa y se juntó con Randazzo. Ayer encabezó una comitiva del proto-panperonismo "dialoguista" a la Casa Rosada para ver al ministro de Interior, Rogelio Frigerio, su segundo, Sebastián García de Luca; y al presidente del bloque PRO de la Cámara baja, Nicolás Massot. Se sentaron Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y los diputados Eduardo "Bali" Bucca (randazzista) y Diego Bossio (Bloque Justicialista). Los peronistas fueron a reclamar la "descentralización de recursos hacia los municipios".

La heterogénea comitiva PJ es un botón de muestra de las reuniones cruzadas que se están dando de cara al 2019. Renovadores y kirchneristas almuerzan. Si le preguntan a Massa por las agendas de Felipe Solá o Daniel Arroyo, él dice estar al tanto ("Ya lo sabía, me avisaron"). Mientras tanto, reacondicionó sus oficinas de Tigre como estudio jurídico, ya tiene dos clientes internacionales, y bromea: "Estoy desocupado". Con vistas a las próximas elecciones, lo importante es que ahora se reivindica peronista.

El debate que se viene para reunificar el peronismo es el mismo de los últimos años: primarias versus postulante único. A cada uno que lo visita, Randazzo insiste con lo mismo que lo separó de CFK en 2015 y de nuevo este año. "Si empezamos definiendo un candidato estamos en problemas", es su mantra.

No todos piensan igual. "Hay que definir ya el elegido y encolumnarnos todos detrás de él", reclamó el jefe del interbloque de senadores Argentina Federal, Miguel Ángel Pichetto, semanas atrás. Lo escuchaba el gobernador Juan Manuel Urtubey, otro que sigue anotado en la carrera.