Dólar caliente con Intervención tibia: David y Goliat 3.0

El Banco Central está interviniendo en el mercado cambiario con dosis pediátricas. Hasta ahora apareció en forma directa con un par de partidas de 20 a 30 millones de dólares cuando las operaciones habían alcanzado valores quizás considerados inconvenientes por las autoridades. Vaya uno a saber qué significa “inconvenientes y quiénes lo deciden.

No queda claro el propósito. Desde el cambio de la meta de inflación, que en parte despertó al dólar, ocurrió una venta de u$s 300 millones del Banco Nación, atribuida aparentemente a operaciones genuinas, aunque quedaron dudas respecto de si la entidad oficial lo hacía por instrucciones del BCRA, de Hacienda o de Jefatura de Gabinete. Al menos en parte.

En esa ocasión logró que el mercado se replegara. Después volvió a aparecer en el “offer con partidas relativamente chicas. Los primeros u$s 30 millones hicieron bajar 20 centavos la cotización. El mercado acompañó. Pero un día después, la intervención fue de u$s 20 millones y apenas consiguió que el mayorista quedara dos centavos debajo del máximo diario y quedara por encima del cierre anterior.

¿Cuál es la intención detrás de las intervenciones? Si la idea subyacente es la de manejar las expectativas del mercado, no lo estaría consiguiendo. Como que falta consecuencia. Algo parecido sucedió con el corrimiento de la meta de inflación. El 15% murió el día en que el Gobierno le negó a los gremios incluir la cláusula gatillo en las negociaciones salariales.

Al parecer no se estaría calibrando adecuadamente el escenario. Los cambistas profesionales dicen que hay órdenes de compra de bancos, empresas e inversores, que buscan cobertura en moneda extranjera. La mayoría de los que siguen en pesos, procuran activos ajustables por inflación, como los Boncer, o en Lebacs cortas pero cubriéndose en el ROFEX para acotar el riesgo cambiario.

En un mercado (MULC) que mueve unos u$s 700 millones diarios, sería suficiente una intervención oficial de la mitad de ese monto para calmar las aguas. Claro que se requiere hacerlo con convicción y estar dispuesto a mantener la parada, por las ruedas que fueran necesarias. El gradualismo aquí no funciona.

El Banco Central tiene más de u$s 60.000 millones en las reservas. Al mercado no le queda totalmente claro aún si hay decisión de usarlas. Si en caso de incendio romperán el cristal. Si hay flotación libre, administrada, o qué.

Sin convicción y sin dejar en claro cuál es el objetivo, se corre el riesgo de resignar credibilidad y cuando eso sucede en un tema tan sensible como el cambiario, la situación puede derivar en una versión 3.0 de David y Goliat.

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