Cuando la diversidad es destrucción creativa para las empresas

La actualidad empresarial nos abruma con los esfuerzos de las organizaciones para ser más innovadoras, diferenciarse, generar y transmitir un propósito. Se invierten cuantiosos recursos en charlas inspiradoras de speakers guionados, en servicios de agencias prestigiosas y en hacer experimentar vivencias ajenas a lo empresarial para que al volver a nuestros escritorios… voilá… mágicamente nos encontremos más creativos y motivados. Quizás ese sea un camino, aunque probablemente continuemos haciendo nuestras tareas cotidianas de manera muy similar a la forma previa a estos estímulos, asentados cómodos en nuestras rutinas, expectativas y maneras convencionales de concebir el mundo.

Si queremos transitar en serio por la tan deseada destrucción creativa shumpeteriana solo tenemos que ser capaces de desaprender en nuestros propios escritorios. Y si estamos convencidos en lo enriquecedor de la diversidad, deberemos vivenciarla en serio desde lo cotidiano. Esta fue mi conclusión luego de haber participado en la sesión creativa de Gota, la primera agencia de publicidad en América Latina conformada por personas con discapacidad intelectual bajo el lema de “No somos especiales, somos muy, muy creativos . Es una empresa social cuyo modelo de negocios destina todas las utilidades del proyecto a fortalecer e involucrar el aporte creativo de más personas con discapacidad y también, a financiar campañas de sensibilización pública sobre los derechos de las personas con discapacidad.

Esta iniciativa se inspira en el desafiante mandato del libro “La estrategia del océano azul de Chan Kim y Renée Mauborgne, cuya máxima es cómo haciendo algo verdaderamente distinto podrás tornar a tu competencia en insignificante. ¿Acaso a alguien se le había ocurrido antes aprovechar y poner en valor al pensamiento disruptivo y lateral constante de las personas con discapacidad intelectual? Sin dudas, un atributo inigualable para cualquier persona sin discapacidad, aún de aquellas a las que consideramos como creativas y diferentes. Esto refleja de alguna manera la enorme invisibilidad y las percepciones negativas que subyacen en nuestra sociedad acerca de las personas con discapacidad. Bastó compartir esa sesión creativa para descubrir un increíble mundo de conceptos, palabras, tipografías y dibujos jamás ofrecidas por algún sistema o programa, sin siquiera darme cuenta de las características particulares de cada persona del grupo más allá que la creatividad aportada por cada uno. ¡Cuánto valor estábamos construyendo para las marcas y cuánto enriquecimiento personal y profesional!

El caso de Gota es una propuesta que nos mueve de la mirada habitual de la diversidad empresarial como estrategia asimétrica de inclusión laboral de grupos vulnerables en la organización para abordarla desde la riqueza que nos ofrece la integración de miradas distintas a la gestión de nuestros proyectos. Algunas marcas como Direct TV, Falabella, Prudential y Grupo Insud ya están enriqueciendo sus estrategias de comunicación con los aportes de Gota. Esto significa sumar aportes inéditos, verdaderamente diferenciadores, pero también conlleva una fuerte impronta inspiracional para cada empleado que vivencia o conoce esta agencia creativa que coloca a la persona con discapacidad como eje de su propuesta de valor.

La comunicación corporativa y el marketing de productos son cada vez más conscientes de la necesidad de sumar atributos sociales y ambientales para construir los propósitos de sus organizaciones y marcas; sin embargo, todavía no cuentan con todas las herramientas para que esos mensajes transmitidos sean novedosos, originales y sobre todo, reflejo consistente de una gestión sustentable legitimadora de esos contenidos. Lograremos esa verdadera tormenta de destrucción creativa, un gran océano azul de innovación, cuando seamos capaces de mirar con una perspectiva inteligente el valor que nos suma la diversidad a la gestión del negocio.