Crisis láctea: bajón productivo, tambos en rojo y pelea en la cadena

Los faltantes de manteca, registrados en las últimas jornadas en las góndolas de Buenos Aires, y la histórica ausencia de las vacas Holando en la ganadera de Palermo, fueron muestras de la "crisis terminal", según los productores, que atraviesa la lechería argentina.

Otra muestra fue ayer la multitudinaria protesta que productores, en su mayoría pequeños y medianos, de las cuencas lecheras de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos hicieron en la ciudad santafesina de Rafaela, para visualizar la situación, reclamar urgentes soluciones y criticar al subsecretario de Lechería, Alejandro Sammartino.

La crisis lechera no es nueva, se arrastra desde hace tiempo. La producción anual local está estancada desde hace por lo menos una década en torno a 11.000 millones de litros anuales. En ese mismo lapso hubo un proceso de concentración de la producción primaria, que las gremiales del campo calculan en el cierre de al menos un tambo por día.

Al bajo valor que recibían ya el año pasado (por debajo de $ 3) y el anterior los tamberos por su materia prima, en el marco de un derrumbe de casi 50% en el precio internacional del producto, en el primer semestre de 2016 se sumaron otros elementos: fuerte suba de costos, principalmente maíz y combustibles, muy por encima de los pagos de la industria.

Y la estocada final se dio con las inundaciones que al inicio del otoño diezmaron la producción láctea en gran parte de la cuenca santafesina, de donde surge el 34,4% de la producción nacional de leche y donde está casi el 43% de las unidades productivas del país, de acuerdo con información oficial. En Córdoba, donde se produce el 32,8% del total anual de leche y el 31,1% de los tambos, también el clima jugó en contra de los tamberos.

Así, la caída estacional de la producción, que se da en el otoño/invierno se profundizó y los litros de leche producidos en abril último fueron 24% menores a los del mismo mes de 2015. La caída redujo a 17% en junio pasado, al pasar de unos 960 millones de litros a unos 800 millones de litros.

En ese contexto fue que se registraron los faltantes de manteca. El Centro de Industrias Lácteas (CIL) afirmó que la baja en la producción primaria fue la causa principal para la escasez de manteca y desestimó que fuera por una "decisión empresaria de buscar mayor rentabilidad a través de la elaboración de quesos en detrimento de la de manteca", como había dicho el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile.

Por otra parte, para el sexto mes de este año, las usinas lácteas mejoraron los valores pagados al productor 4% contra mayo último. La mejora interanual en junio ascendió a 29%, según se desprende de los últimos datos disponibles en el "Tablero de Control Sectorial" del Ministerio de Agroindustria.

Esa mejora, que implicó un valor promedio de $ 4,12 por litro a junio último, es considerada insuficiente por los productores, que dicen que el costo promedio se ubica bien por encima de los $ 5. La nueva alza en los precios que la industria comenzó a informar en estos días tampoco satisface a los productores, que entre otras medidas reclaman "transparentar" la cadena láctea. Dicho de otra manera: apuntan directamente a los otros eslabones. Ya lo dijo hasta el propio presidente de Sociedad Rural (SRA), Luis Etchevehere, en el cierre de Palermo: "Necesitamos un Estado presente que asegure la competencia leal dentro de la cadena" láctea.

Los productores apuntan a otros eslabones (usinas, transportistas, mayoristas, supermercados) porque entienden que se quedan con el porcentaje del valor en góndola, que históricamente correspondió al tambero: 33%. Hoy, sostienen desde el Gobierno, ese porcentaje está en 27%, cuando en diciembre y enero pasado no llegaba al 20%.
Así, si el litro de leche entera de primera marca en sachet al consumidor está en $ 20, el productor debería recibir $ 5,4 por litro en tranquera, algo que aseguran las autoridades se logra entre el precio que pagan las usinas y las compensaciones.

Pero, para mismo precio de góndola, el porcentaje de participación "ideal o histórico" del 33%, que reclaman los tamberos, elevaría el valor al productor hasta $ 6,6 por litro, lo que a los ojos de la producción primaria podría ser el puntapié inicial para salvar a los tamberos del quebranto definitivo.

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