Corrupción K versus los papeles de Macri, la versión decadente de la grieta

Dramática, futbolera, agrietada, la Argentina vive en estos días su confrontación más reciente. Es una pulseada a todo o nada entre el laberinto de la corrupción kirchnerista, con Ricardo Jaime, Lázaro Báez, Julio De Vido y Cristina Kirchner como estrellas principales. Enfrentando al inesperado affaire de Mauricio Macri con los Panamá Papers. La batalla decadente se desarrolla entre el oficialismo macrista y gran parte de la oposición. Y tiene su campo de guerra en los medios de comunicación, en las redes sociales y, desde ayer, también en el Congreso.

Los dirigentes de PRO mantienen una actitud prudente ante la corrupción K. Son tan potentes las imágenes de Báez y Jaime con chalecos antibala que el Gobierno se limita a disfrutar el momento. El kirchnerismo, por toda respuesta, potencia en twitter y en facebook las tapas de los diarios internacionales que incluyen a Macri entre los líderes golpeados por el escándalo y se divierte exhibiendo hasta los resultados de una agencia on line que ubica al presidente argentino como el favorito en las apuestas de quienes podrían renunciar a su cargo.

Elisa Carrió es la abanderada de la ofensiva anti K. Detrás de ella emergen dos santacruceños conjurados contra los Kirchner: el ex vicegobernador Eduardo Arnold y la vehemente diputada Mariana Zuvic. Sin aproximarse a la osadía de defender a Lázaro, entre los opositores que resaltan los inconvenientes de Macri están el sobreviviente Felipe Sola, el banquero Carlos Heller y la diputada de la izquierda, Miriam Bregman. La corrupción y las sospechas están en el centro de la escena. Sería interesante sentarse a ver el final de la película si no existieran en la Argentina la inflación galopante, el déficit fiscal o el empleo congelado que conforman el universo mucho más inquietante de la economía real.