"Controlar la inflación con gradualismo es positivo, pero es difícil manejarlo"
Alejandro Bulgheroni resalta que sería negativo que haya alguna marcha atrás en los aumentos de tarifas energéticas. Y dice que, pese a quejas, sigue subiendo el consumo de combustibles.
Alejandro Bulgheroni, el Chairman de Pan American Energy, fue uno de los empresarios argentinos que viajaron a Washington para participar de las deliberaciones del Business 20 (B20), la "rama" del sector privado del G20. Titular de la principal petrolera privada del país, la discusión sobre las tarifas no le es ajena.
En un diálogo en el atardecer de Washington, durante un cóctel que tuvo como anfitrión a Daniel Funes de Rioja (titular del B20), Bulgheroni advirtió sobre la necesidad de no revertir las políticas de precios en el sector energético, al tiempo que elogió el "gradualismo", a pesar de los afectos nocivos que dice tener sobre su sector.
–¿Cómo está viendo el tema de tarifas?
–Nosotros teníamos al país, estábamos regalando los servicios y mucho de eso eran las empresas que estaban haciendo ese regalo. Y con eso bajó la producción de petróleo, bajó la producción de gas y bajaron las reservas. Porque si no hay un precio retributivo, quién podía invertir. Si no ganan plata, quién le puede pedir que trabajen.
–¿La resistencia a los ajustes tarifarios podrían generar que se vuelva a retraer por parte de las empresas la producción de combustibles y la de gas?
–Ya lo hemos vivido, cuando no se desarrolla gas o petróleo en la Argentina, hay que importarlo, porque la gente lo quiere consumir. Entonces es mucho más negativo para el país importarlo que consumirlo internamente, porque hay impuestos, mano de obra, hay trabajo de las fábricas, el sistema funciona. ¿Y se está pagando más caro? Y no sé si se está pagando más caro. En algunos momentos sí y en otros no.
–Esta discusión interna del Gobierno...
–Yo no me voy a meter en nada partidario. Yo produzco gas y petróleo y combustibles. Y el petróleo más caro es el que no existe, el que no hay. Cuando uno tiene que parar una planta, porque no tiene petróleo, o no tiene gas, y tiene que salir a importarlo, ya lo hemos vivido.
–¿Puede haber una marcha atrás a partir de todo el ruido político que se produjo?
–Yo creo que no, creo que el Gobierno tiene bien en claro las cosas. Esto es un gradualismo. No estamos todos satisfechos con el gradualismo. Porque a nosotros nos están dando lo que nos deben dar. Hoy la Argentina está importando gas a un valor, pero a nosotros internamente no nos permiten venderlo al valor de importación, sino que a mucho menos. Entonces, hay una relación y la gente dice, yo quiero que me lo regalen. Y no se puede.
–Ud., su empresa, tiene los tres niveles, la exploración, la producción y la refinación y venta final de los combustibles. ¿Cómo los afecta esta situación de los precios?
–Tiene que ver con la exploración, la producción y el proceso industrial de llevar adelante los combustibles de calidad que estamos necesitando. El consumo de combustibles sigue subiendo. Los precios están altos, todos se quejan, pero sigue subiendo. Entonces, yo creo que, si en mi casa yo sigo con las hornallas prendidas, la luz prendida, y el precio aumenta, no puedo estar quejándome de que gasto mucho. Primero tengo que tratar de gastar menos. Como acá, en EE.UU., que en invierno nos morimos de calor, y en invierno nos morimos de frío. Si estuviéramos en 24º, estaríamos perfecto, y el consumo de energía sería muchísimo menor. Acá es un lujo que se pueden dar, o no, no sé. Pero nosotros, seguro que no nos podemos dar ese lujo.
–¿El aumento casi mensual de las naftas no puede crear una resistencia social, política?
–El aumento no lo manejamos nosotros. El petróleo tiene su precio internacional. Nosotros exportamos, porque el petróleo nuestro es un petróleo pesado, en la Argentina sobra, así que lo exportamos. Por eso estamos mejorando nuestra planta de refinación, que tiene una gran capacidad de conversión, es decir que puede usar petróleo que en la Argentina tiene en exceso, más que otras plantas que necesitan petróleo liviano, que la Argentina no tiene tanto. Estamos invirtiendo para producir más volumen, consumiendo nuestro petróleo. La inversión es de u$s 1500 millones, en un año y pico vamos a estar terminando.
–¿Cómo está su actividad en la otra pata que Ud. produce, la agropecuaria?
–-No hay mejoras. Esto es un proceso lerdo. Todos querríamos que de la noche a la mañana las cosas salieran bien. Pero no funciona así. Yo llego a un país a exportar vinos argentinos y me encuentro con vinos de otros países, de Sudáfrica, de Chile, a precios mucho más bajos, tienen un 15% y 20% de impuestos que no pagan y yo tengo que pagar. ¿Por qué? Porque tienen convenios país-país. La Argentina no tiene. Esos son los problemas graves, porque 15%, 20% en el momento de la venta es muy difícil, por más productividad y mejora que tengas.
–¿Y con la fruta, qué sucede con su producción de arándanos?
–Tenemos los mismos problemas, y tenemos problemas en cuanto a la flexibilidad del trabajo. Nosotros tenemos picos de trabajos muy grandes, con 3000 personas, y necesitamos productividad. Si no tenemos productividad, el costo es muy alto y tenemos que competir contra un Perú que tiene salarios muy bajos, costos de producción muy bajos, y está en mejores condiciones que nosotros de infraestructura. Entonces si no aumenta el consumo en el mundo, vamos a quedar afuera.
–¿Cómo está viendo el tema de la inflación?
–Hay una cantidad de inflación que es una inflación generada. Como se están haciendo los aumentos en forma gradual, eso retroalimenta la inflación. Entonces, evidentemente no es un problema de hoy, es un problema viejo, que no se lo quiso solucionar en shock, sino que se lo quiso solucionar gradualmente, lo cual es lógico, positivo. Pero hay que tener en cuenta que no es fácil manejarlo.
–¿Usted personalmente cree que el gradualismo va a buen ritmo o debería ir más acelerado?
–Si buscamos diez personas, encontramos por lo menos 12 respuestas. Uno quiere un poco más, otro un poquito menos. Yo creo que el gradualismo es lo que corresponde. Ahora si está demasiado lento, demasiado rápido, cada uno va a pensar una cosa distinta.