En sus oficinas que, casualmente quedan en la calle México, contaron que no pudieron congeniar sus respectivas agendas con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Ese viaje suspendido iba a ser la segunda visita internacional de Alberto Fernández después de las PASO y de su mini-gira europea que, con excusa de asuntos privados, fue recibido por las máximas autoridades de España y Portugal.
Pospuesto México por ahora, con la promesa de ir antes de las generales, el candidato del Frente de Todos igual se calzará el traje de virtual presidente electo para volver a salir del país. Entre jueves y viernes (con opción de salida el miércoles) viajará a Bolivia y Perú, adelantaron desde su equipo.
En la campaña previa, antes del 11A, una de sus primeras actividades también fue afuera del país: visitó al ex presidente José "Pepe" Mujica en su chacra en Uruguay.
En La Paz, el aspirante del Frente de Todos será recibido por un Evo Morales que buscará su tercera reelección el próximo 20 de octubre, una semana antes que el propio Alberto Fernández intentará replicar el resultado de las PASO y ganar en primera vuelta.

"Puedo entender que es una rebelión del pueblo argentino contra el modelo económico del Fondo Monetario Internacional", analizó las primarias argentinas el mandatario boliviano, de histórica buena sintonía con Cristina Fernández de Kirchner.
Después, en Lima, el presidenciable será recibido por el peruano Martín Vizcarra, que analiza un adelantamiento electoral para el próximo año y que esta semana sorprendió al abtenerse en la Organización de Estados Americanos (OEA), a un pedido del presidente autoproclamado Juan Guaidó para forzar una intervención militar en Venezuela. Es una postura similar a la planteada por Alberto Fernández.
El candidato viajará, como en su tour europeo, con Felipe Solá. El ex gobernador bonaerense pica así en punto por convertirse en un eventual Canciller F, por encima hoy de las apuestas por el diplomático Jorge Argüello y el ex embajador ante el Vaticano Eduardo Valdés. También lo acompañaran Santiago Cafiero (otro número puesto de relevancia en la posible administración F).
La danza de futuros nombres tomó volumen ayer, alimentada por el propio presidenciable. "Sé dónde está el equipo", dijo en Radio AM990 de Córdoba. Como si fuera poco, calculó que tiene "en claro el 70% del Gabinete" en caso de ganar de asumir el 10 de diciembre.
De proceso acelerado, si bien todavía no fue electo, el porcentaje reactivó las versiones pero, desde su equipo, sostuvieron ayer que ninguno de los posibles dirigentes nombrados puede ser confirmado. Es muy reciente el antecedente de Daniel Scioli en 2015 que, antes de perder el ballottage, ya tenía medio gobierno nombrado. "Si oficializas a uno, hay otros cuatro que se van a sentir afuera", es el aprendizaje albertista, un candidato que busca mantener unidos a heterogéneos sectores detrás de su figura.
En esa línea, aún desde Córdoba, le bajó el tono ayer a su desafío al gobernador cordobés, lanzado horas antes de tomar un café. "No necesito a (Juan) Schiaretti", había dicho a La Voz del Interior.
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