Aunque resistido por su tropa, Macri igual va al Interior para traccionar imagen y votos

El presidente prevé incursiones territoriales al Interior una vez por semana en modo electoral. Los propios referentes distritales pidieron a la Casa Rosada que el primer mandatario evite pegarse a las campañas provinciales.

El presidente Mauricio Macri recalará este jueves en la provincia de Entre Ríos, en el inicio de un raid por el Interior con la intención de recuperar imagen en tiempos en que su percepción personal va a la baja, de acuerdo a varios sondeos de opinión, por la desaprobación de la gestión y las pobres perspectivas de mejora de las condiciones generales del país a corto plazo, y de ese modo apuntalar sus chances de ser reelecto por cuatro años más.

El jefe de Estado se mostrará con el diputado radical Atilio Benedetti, ungido por la Casa Rosada para disputarle la provincia litoraleña al gobernador Gustavo Bordet. También será de la partida Gustavo Hein, jefe del PRO a nivel local y candidato a vicegobernador. En Gualeguaychú, en tanto, buscará apuntalar al candidato local, Javier Melchiori.

Entre Ríos es la primera parada de una serie de viajes proramados en las próximas semanas, en "modo electoral", según subrayan desde el oficialismo. La semana siguiente será el turno de pasar por Santa Fe, donde el candidato de Macri es el actual intendente de la capital provincial, José Corral, ex presidente de la UCR nacional.

 

 

Rebelión radical y resistencia territorial

Las incursiones presidenciales se dan en un doble escenario complejo para el núcleo duro macrista. Por un lado, un sector del radicalismo amenaza con abandonar la coalición electoral de no haber una mayor apertura en la toma de decisiones, que debería reflejarse en la cesión de puestos clave en este o en el futuro gobierno; por el otro, el rechazo de los propios referentes territoriales del PRO a tener a Macri en sus distritos, viéndose amenazados de perder votos por la evaluación negativa de la gestión nacional.

Asumiendo la responsabilidad por la crisis económica ("Fuimos demasiado optimistas", se oye decir a los funcionarios cambiemitas), en la Casa Rosada muestran disposición a discutir una "apertura" de la fórmula presidencial para que, bajo una serie de compromisos que implican concesiones de ambas partes, un radical haga tándem con Macri, como vicepresidente.

La próxima semana se daría una reunión para explicar los alcances del plan monetario y fiscal para contener la suba del dólar con la nueva cuota del crédito stand by del Fondo Monetario Internacional (FMI), a la que fueron invitados los radicales. A tal encuentro, con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el banquero central, Guido Sandleris, se sumaría la discusión política, totalmente ajena al origen del encuentro.

A su vez, los propios referentes territoriales del Gobierno rechazan al presidente. Semanas atrás, varios diputados del PRO solicitaron -casi que imploraron- que la campaña se deje en sus manos y la Casa Rosada se mantenga al margen, debido a la abrupta caída de la imagen de Mauricio Macri.

Rosario, La Rioja y el Norte son algunos de los lugares "desaconsejados" para Macri, que sin importarle tal cosa, sigue adelante e insiste con una incursión semanal al Interior y una actividad en la provincia de Buenos Aires o la capital federal.

En estos casos, la excusa será revisar el avance de las obras en las principales cuencas bonaerenses u otros proyectos de envergadura, comentaron a este diario en La Plata. En el caso porteño, el foco estará en la movilidad, con los viaductos en altura de los ferrocarriles Mitre y Sarmiento, y el Paseo del Bajo.

Macri, durante un acto esta semana en la ciudad bonaerense de Junín, junto a María Eugenia Vidal.

 

 

Campaña de actitudes esquivas

De todos modos, los datos que maneja el comando central de campaña, a las órdenes del jefe de gabinete, Marcos Peña, han hecho recular al presidente de tener más participación electoral. 

Pese a recibirlo en enero durante sus vacaciones en Villa La Angostura, Macri desistió de apoyar presencialmente a su candidato en Neuquén, Horacio "Pechi Quiroga", en la previa a las elecciones del 10 de marzo, que ganó finalmente el actual mandatario, Omar Gutiérrez.

Del mismo modo, Macri omitió cualquier gesto de apoyo explicito al precandidato a gobernador de San Juan, Marcelo Orrego, que el domingo perdió ampliamente las primarias contra el gobernador Sergio Uñac. Orrego, que fue con una marca distinta a "Cambiemos", se encargó de aclarar que su compromiso "es con la gente y no con un espacio político".

De igual modo, el presidente no intervino en la pelea en Río Negro, adonde fue el 3 de enero para inaugurar un gasoducto cordillerano junto al gobernador Alberto Weretilneck en un acto que duró apenas 15 minutos y en el que no dialogó con la prensa. Allí, Cambiemos optó por la candidatura -si se quiere, testimonial- de una dupla femenina (Lorena Matzen - Flavia Boschi) y bajó de la carrera al diputado nacional Sergio Wisky. Allí se vota el domingo 7 de abril.

En Córdoba, donde Cambiemos se fracturó por pujas intestinas de los socios, Macri viajó la semana pasada con motivo del Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) y evitó apoyar abiertamente a Mario Negri, el ungido desde Buenos Aires. "Me tengo que mantener al margen", dijo, en referencia a la puja con el también radical Ramón Mestre. Allí se vota el 12 de mayo y el gobernador peronista Juan Schiaretti corre con ventaja

También en Jujuy, donde gobierna el candidato amigo Gerardo Morales, la gestión nacional tiene tan baja aprobación que el mandatario radical se vio "obligado" a desdoblar los comicios. El presidente viajó a la provincia norteña a mitad de marzo y no se prevé de momento visitas hasta la elección del 9 de junio. En igual sentido procedió el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, que intentará dejar un delfín en la gobernación cuyana. Allí se vota en primarias en junio y generales en septiembre.

Temas relacionados
Más noticias de Elecciones 2019

Las más leídas de Economía y Política

Destacadas de hoy

Noticias de tu interés