Aportar ladrillos a la arquitectura de la Argentina que viene

Cada argentino puede elegir su tema personal de insomnio. Cepo cambiario, devaluación, choque de trenes, inundaciones, inflación, recesión, secuestros virtuales, linchamientos. La Argentina, el país dramático por excelencia, siempre ofrecerá sabores exóticos en su coctel diario de polémicas gaseosas y explosivas. No importa quien gobierne ni quien se oponga. No importan el sello político ni la ideología. La discusión al borde del precipicio siempre tendrá un lugar protagónico en el ADN nacional.

Por eso es que El Cronista se ha propuesto convocar a los máximos dirigentes del país con una idea simple pero excitante. Pensar en el futuro. Reflexionar, soñar, imaginar, creer y escribir. Durante este año le daremos espacio en nuestras páginas al desafío de las cuestiones pendientes que nos debemos como sociedad. Funcionarios, jueces, legisladores, intendentes, ex presidentes, economistas, empresarios, intelectuales, científicos y líderes sociales harán conocer una o varias ideas que la Argentina debe desarrollar o bien perfeccionar en los próximos años.

La idea es alejarnos al menos dos veces por semana de la coyuntura. Tomar algo de distancia respecto del fragor del conflicto que a cada segundo nos devora. En la fotografía del futuro de la Argentina hay una certeza esperando a que nos tomemos un respiro. En el cerebro y en el corazón de nuestros dirigentes hay una serie de propósitos valiosos para llevar nuestras vidas hacia un lugar más próspero, más justo, más amable y más feliz. Ese es el gran diseño que les proponemos a nuestros columnistas. Una Nación y un Estado que se parezcan más a lo que ya han escrito nuestros antepasados en la Constitución.

El desafío comienza hoy en nuestras páginas de Opinión. Con conceptos claros y pluma experimentada, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, describe el país al que aspira con un título ideal para poner en marcha esta iniciativa. Inaugurar un nuevo ciclo histórico. Más integración, menos conflicto, reclama el jurista nacido en Rafaela, provincia de Santa Fe, que conduce con mano firme el Poder Judicial desde hace ocho años y se ha convertido en una de las voces más escuchadas de la transformación y del equilibrio.

A Lorenzetti le seguirán tantos hombres y mujeres como miradas diferentes. Instituciones y leyes. Economía y finanzas. Educación y salud. Infraestructura, energía, comunicaciones y tecnología. Los nuevos senderos de la empresa, de la cultura y de la bíodiversidad. La aventura fascinante de aportar ladrillos a la nueva arquitectura de la Argentina que viene. Algún día, no tan lejano, volveremos la mirada a lo escrito en estas páginas para comprobar cuánto hemos avanzado y cuánto nos demoramos. El futuro es una estación del destino hacia la que debemos partir ahora. Con inteligencia, con honestidad y con valentía. Para dejarles a nuestros hedereros un país más completo que el que sufrimos y amamos en el presente.

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