Advierten que el crecimiento y el "atraso cambiario" ahondarán el rojo comercial

La consultora Ecolatina estimó que la recuperación de la actividad y el "dólar barato" contribuirán a que las importaciones crezcan más que los productos exportados. Además, analizó el viraje hacia el proteccionismo de varios mercados clave.

El déficit comercial aumentará durante 2018 como consecuencia del "atraso cambiario", la flexibilización de la actividad y el proceso de crecimiento que experimenta Argentina, según señaló un informe de la consultora Ecolatina, que además remarcó que el camino de reinserción a la economía global que en cabeza el presidente, Mauricio Macri, "sólo se está materializando por el lado comprador".

"En el último año, el déficit comercial de bienes rozó los u$s 8.500 millones, revirtiendo el superávit alcanzado en 2016, que alcanzaba los u$s 2.000 millones. En 2018, impulsado por el atraso cambiario y el crecimiento económico, el rojo de las cuentas externas se agravará, no sólo en términos nominales, sino también como porcentaje del PBI", pronosticó el informe.

Y añadió: "Este cambio de signo fue una constante a lo largo de 2017: en un hecho inédito para la economía argentina de la posconvertibilidad, todos los meses del año arrojaron un saldo negativo."

Ecolatina destacó que el avance de las importaciones estuvo motorizado por los bienes finales, cuya participación de las compras externas totales marcó el registro más alto desde 1994. Según la consultora, el saldo negativo en la balanza comercial respondió a un crecimiento interanual de 20% de las importaciones frente a un leve aumento de 1% de las exportaciones.

El estudio explicó que la disparidad en el ritmo de aumento de las compras y ventas al exterior se debe además a un "avance del proteccionismo" en China, Estados Unidos y la Unión Europea, principales mercados a los que la industria exportadora argentina destina sus productos. Por otro lado, también puso el acento en la "anémica" recuperación de Brasil, mayor socio de la región.

"La flexibilización del régimen de administración del comercio, un dólar barato -especialmente en la primera parte del año- y la recuperación de la actividad, fueron las principales razones detrás de esta dinámica. A contramano, un mundo en donde avanza el proteccionismo -de tintes nacionalistas en Estados Unidos y Europa y de manera industrialista en China-, dificulta el despegue de los envíos al exterior. También impactó la anémica recuperación de la economía brasileña", consideró.

No obstante, Ecolatina evitó hablar de una "avalancha importadora" al recalcar que el actual nivel de las importaciones sigue por detrás de los valores que se registraron en 2013, previo a que intensificara la recesión del final del kirchnerismo, y relativizó la gravedad de la dinámica comercial.

"Es importante remarcar que las importaciones están retornando a los niveles que habían mostrado años atrás: las compras externas del último año se ubicaron 10% por debajo de las de 2013. Sin embargo, y esto es lo que explica lo abultado del déficit, las exportaciones fueron 20% menores que las de ese año. Por lo tanto, mientras que las compras externas se recuperan, las ventas no repuntan. Esta dinámica no representa un aspecto negativo en sí mismo: puede ser la contracara del proceso de recuperación de la actividad", concluyó.

Bienes finales, a la cabeza de las importaciones

Ecolatina también puso la lupa en la composición de los productos exportados, dentro de la cual resalta una caída en los envíos externos de los productos del sector agropecuario a lo largo de 2017. Las exportaciones de Productos Primarios (PP) y Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) disminuyeron año a año 5,6% y 3,6%, respectivamente.

Sin embargo, sostuvo que la merma del sector fue más que contrarrestada por el avance de los productos exportados por la industria manufacturera. Es que las ventas externas de Manufactores de Origen Industrial (MOI) treparon un 11,2% interanual. Por su parte, las ventas de Combustibles y Energía saltaron 18,6%.

Por su parte, la consultora resaltó un predominio tanto en la composición como en el crecimiento de los bienes finales dentro del total de los productos importados, por encima de los bienes de capital, dinámica que calificó como "desalentadora"

"Mientras las compras externas de bienes finales avanzaron cerca de 30% interanual en 2017, la de aquellos con un impacto en la producción treparon poco más de la mitad (+17% interanual). Peor aún, si comparamos 2015 con 2017, los saltos se transforman en 50% y 3%, respectivamente", estimó.

Y concluyó: "Como resultado, las importaciones de productos que no son indispensables para el normal funcionamiento de la economía argentina, y que en muchos casos compiten con la producción local, están ganando peso dentro de nuestra canasta importadora." 

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