CREEN QUE LES HACEN PERDER LA DISCUSIÓN EN LOS MEDIOS

Aborto: presiones de los anti legalización para excluir a los artistas

El debate ordenado, serio, por momentos despoblado de diputados, que mostró el plenario de comisiones en la Cámara baja los últimos martes y jueves esconde detrás de sí una red de presiones y tironeos cruzados entre los grupos de legisladores que están a favor y en contra de la legalización del aborto. Ninguno quiere que el otro pueda conseguir una ventaja extra si lo dejan hablar un minuto más o repreguntar de manera más efusiva, así que ambos sectores se miden constantemente. En los últimos días, la máxima presión llegó del sector anti legalización por la participación de personalidades del arte y la cultura en las discusiones: sienten que ayudan al grupo pro legalización a ganar el debate en la sociedad y por eso quieren vedarlos en el Congreso.

El reclamo llegó a las autoridades de la comisión disfrazado de planteo institucional. Según los sectores anti legalización, las figuras que participaron "no son expertos y no pertenecen a ninguna ONG", por lo que no deberían ser admitidos como expositores. Fue en referencia a las presentaciones de las actrices Verónica Llinás, Griselda Siciliani y Carla Peterson, del periodista Luis Novaresio y de la escritora Claudia Piñeiro. Todos ellos respaldaron el proyecto y concentraron la atención mediática con sus palabras. Así, provocaron según la lectura que prima por estos días en el Congreso que la iniciativa para legalizar el aborto hasta la semana 14 de gestación gane consenso social.

Para los organizadores, sin embargo, el reclamo no es procedente. Hubo también expositores en contra de la ley que tampoco pertenecen a ONGs ni son expertos.

Lo que sí procura la cúpula del plenario de comisiones es mantener un equilibrio extremo entre las condiciones de exposición de cada uno de los sectores. Por eso, después de los reclamos por el reparto de los bloques de tiempo la semana pasada, esta semana habrá algunas novedades.

En principio, para evitar dilatar la discusión, habrá más oradores el martes. De los 32 originales, la reunión pasará ahora a 44. Serán 22 a favor y 22 en contra, con la idea de asignarles a estos últimos la primera parte de la reunión. Para lograr ampliar la cantidad de expositores, el debate comenzará antes y habrá limitaciones a las preguntas y repreguntas de los diputados para los expositores. El jueves, en tanto, llegaría otra novedad: alternaría de uno en uno o de dos en dos los expositores a favor y en contra. Y todos hablarían sobre un mismo tópico: aborto y salud.

Como las presiones cruzadas son tan fuertes, nada estará definido hasta último momento. Pero estas eran las ideas que manejaban los organizadores de la discusión según contaron a El Cronista.

La percepción de que el debate público instalado parece beneficiar a las posturas a favor de la legalización son uniformes en la Cámara y sumaron en las últimas horas más pases del grupo de los que estaban seguros de votar en contra al grupo de los indecisos. Incluso, fuentes cercanas al presidente de la Cámara, Emilio Monzó, contaron que el diputado se encuentra evaluando su postura y que, al observar el escenario de paridad que enfrenta el proyecto, suele repetir un chiste cargado de nerviosismo entre sus colaboradores: "¡Espero que no me toque ser Cobos!".

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