Con remeras, quejas y hastío: dirigentes y trabajadores expresaron su bronca a Macri

Contra los despidos y la inflación, las centrales obreras participaron de una movilización que apuntó directo al Presidente

Queremos que el Gobierno escuche el reclamo. No a la inflación. No al impuesto a las Ganancias. Basta de gobernar para los ricos. Basta de tarifazos. Frases en remeras, quejas airadas, también mesuradas y risueñas fueron dirigidas hacia el presidente de la Nación Mauricio Macri en el acto masivo que organizaron las centrales gremiales en el cruce de Paseo Colón y Avenida Independencia, que dejó como resultado una amenaza de paro general y la confirmación de la unidad sindical. 

Anoche, frente a la Facultad de Ingeniería de la UBA, comenzó a montarse el escenario desde donde la tarde de hoy los líderes de la CTA, Hugo Yasky y Pablo Micheli, tronaron contra el Presidente en el comienzo del acto que finalizó con los discursos del titular de la CGT Alsina, Antonio Caló, y el de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, frente a más de 70 mil trabajadores.

Decenas de gremios se acercaron desde el mediodía hasta el escenario. Camioneros, UOCRA, Suteba, UOM, Dragado y Balizamiento, FAECyS, Obreros del caucho y curtidores, entre otros, llegaron en camiones, a pie y micros enfundados en sus camperas gremiales, con banderas y carteles, bombos, redoblantes y trompetas; también se movilizaron movimientos sociales y partidos de Izquierda.

Trabajadores de UPCN hacían guardia sobre la puerta de la CGT Azopardo, sede central de los preparativos del acto. No era para menos. En apenas siete cuadras las banderas de UPCN, gigantes y azules, se proclamaban como “el gremio más peronista”. Desde allí, a las 14:30, dirigentes sindicales y políticos dejaron el edificio rumbo al escenario central. El metrodelegado Néstor Segovia pasó rápido con sus compañeros, seguido del diputado del FPV, Edgardo Depetri. “Esto es una muestra de unidad contra la pérdida de los puestos de trabajo. Queremos que el gobierno escuche el reclamo”, dijo el ex canciller Jorge Taiana, antes de ingresar al palco.

Los trabajadores ocuparon las calles y avenidas cercanas. Balcarce, Azopardo, Independencia, Belgrano, Paseo Colón y Defensa estaban pobladas. Algunos aprovecharon para cantar y bailar, otros degustaron los choripanes y hamburguesas que se ofrecieron en parrillas improvisadas por todos lados. Según la hora y la cantidad de clientes los valores oscilaron entre 50 y 60 pesos. Varios grupos, acostumbrados a estos actos, portaban heladeras con cerveza, gaseosa y fernet. 

Sobre las esquinas y encima de lonas varios vendedores ofrecieron merchandising peronista. Desplegaron remeras con el rostro de Evita, de Néstor y Cristina Kirchner a 100 pesos. “Nos quisieron enterrar, pero se olvidaron que somos semilla”, rezaba una. La que llevaba la frase de Cristina “no fue magia” fue la más vendida. Pocos militantes compraron una que recordaba a Néstor Kirchner con el famoso dicho del Che: “hasta la victoria siempre”.

Tres docentes de Suteba intercambiaban opiniones sobre Paseo Colón, frente a Ingenieria. “Estamos en contra del ajuste sanguinario de Macri. Tenemos reclamos puntuales a nivel gremial y generales como trabajadores. No queremos la criminalización de la protesta social”, coincidieron.

“Esta es una pueblada. Hasta salió el sol”, le dijo a Cronista.com el diputado nacional del FPV, Héctor Recalde, en la esquina de Chile y Balcarce, mientras su hijo Mariano, ex titular de Aerolíneas Argentinas, se tomaba fotos con una militante. “Vinimos para decirle a Macri que prohiba los despidos, termine con los tarifazos y que deje de gobernar para los ricos”, agregó. 

Hacia las 15:30, tras el discurso de Caló y previo al de Moyano, el orador, exultante, contabilizó una “movilización de 350 mil personas”. Luego el líder camionero brindó su discurso.

 “Esto no es en contra de nadie, es a favor de los trabajadores. Y el que se ponga en contra de los trabajadores, sí lo vamos a enfrentar”, señaló el dirigente al cerrar el acto convocado en el Monumento al Trabajo. También, calificó de “histórica” la movilización, reflexionó que “los dirigentes hemos entendido que los intereses de lo trabajadores está por encima de los personales.

Además habló de la flexibilización laboral y acusó al gobierno de insensible. Sobre el final, quedó latente la amenaza de un paro nacional.

 

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