YPF exporta esta semana la primera carga de gas licuado

La empresa estadounidense Cheniere Energy le compró un cargamento de 30.000 m3 de GNL. Será la primera exportación argentina de gas licuado.

La petrolera estatal YPF está a punto de concretar la primera exportación de Gas Natural Licuado (GNL o LNG, por sus siglas en inglés) de la Argentina, apenas 11 años después de que el país empezara a importar ese combustible en forma líquida.

Desde las primeras horas del domingo, la barcaza licuefactora Tango FLNG (de la empresa belga Exmar, que originalmente la denominó Caribbean FLNG e iba a prestar servicios en Colombia) se encuentra transfiriendo 30.000 metros cúbicos (m3) de GNL, que equivalen a 18 millones de metros cúbicos de gas natural.

En el muelle que la Compañía Mega (en la que YPF participa en un 38%, porcentaje que quiere ampliar) tiene en el Puerto Ingeniero White de Bahía Blanca, la barcaza LNGC Fuji amarró el sábado y terminará de cargar el gas licuado a mediados de esta semana.

El comprador del cargamento fue la empresa estadounidense Cheniere Energy, bajo la modalidad spot.

Argentina entrará así al reducido club de los exportadores de GNL, que tiene entre sus líderes a Qatar y Australia, y más atrás a Malasia, Nigeria, Indonesia, Estados Unidos (EE.UU.), Argelia, Trinidad y Tobago, Guinea Ecuatorial, entre otros.

El Gobierno y las autoridades de YPF entienden esto como un hecho histórico, mucho más por lo simbólico del acto que por el perfil de negocio.

Ante la prolongada disminución en la producción de gas, que empezó luego del récord de 2004, el kirchnerismo definió que para 2008 llegara un barco regasificador a Bahía Blanca ara abastecer al mercado todo el año, pero principalmente en invierno.

El plena recuperación económica tras el final de la Convertibilidad, el consumo de gas se disparaba, mientras el Gobierno de aquel entonces decidía que las tarifas no reflejaran los costos para alimentar el mercado interno.

En 2007 el cuadro se agravó, mientras hubo temperaturas inusualmente bajas en todo el país y nevó en la Ciudad de Buenos Aires por primera vez en casi 100 años.

Ahora, como símbolo de la nueva etapa, con una producción de gas creciente y fuertes aumentos de tarifas que plancharon la demanda local (también a causa de la recesión), la señal es la inversa.

A fines de octubre del año pasado, el presidente Mauricio Macri y el entonces secretario de Energía, Javier Iguacel, despidieron al barco regasificador. En ese lugar ahora está el barco licuefactor, que realiza el proceso inverso.

En la licuefacción se reduce la temperatura del gas a 161° bajo cero (-161°) y así se transforma en líquido, con lo que se comprime en 600 veces el volumen para facilitar su transporte.

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