La industria está resignada. Sabe que los cortes van a llegar y que la producción indefectiblemente se verá perjudicada.

De todas formas, según aseguran, esta situación no los toma por sorpresa. Hace ya algunos meses habían pedido una reunión -que nunca llegó- con el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, justamente para plantear los problemas que, sabían, llegarían.

"Al menos ahora el propio Gobierno puso el tema sobre la mesa y eso es un adelanto; no será un tema que nos tome por sorpresa", sostuvo un industrial consultado por El Cronista. Esto, afirman, les dará la al menos la posibilidad de "trabajar sobre un plan establecido".

La pelea de fondo que quieren plantear los industriales, de todos modos, tiene dos frentes fundamentales.

En primer lugar, discutir qué tipos de empresas será a las que se les cortará el suministro de energía. "Algunas podrán estar más stockeadas y otras menos; para algunas representará un golpe más duro que para otras. No se puede medir todo con la misma vara", dijo uno de los industriales. Lo que difícilmente ocurra -salvo casos excepcionales- es que a algunos les bajen la perilla y a otros no.

Otro de los temas cruciales que se pretende plantear es cuándo comenzarán esos cortes, aunque aquí los empresarios entienden que también dependen "del azar".

"Una cosa es que nos agarre una ola de calor fuerte a mediados de diciembre, con toda la gente todavía en la Ciudad, y la producción a tope, y otra que eso pase ya entrado enero, con las vacaciones en curso e incluso con las fábricas menos activas", explican desde la industria.

Los empresarios saben lógicamente que esta situación es absolutamente inmanejable, pero sí pretenden que se trace algún tipo de lógica respecto de que las cuestiones climatológicas serán las que impongan los tiempos, y no que se plantee una fecha determinada, sin tomar en cuenta la situación.

"En términos de capacidad de producción y pérdidas que ya sabemos generarán los parates, que los recortes sean en diciembre o en enero nos cambia muchísimo", apuntan los industriales.

De acuerdo con los datos que viene manejando el Gobierno, y en contra de los intereses de las empresas, los recortes energéticos se comenzarían a dar en diciembre, cuando se darían las primeras olas de calor, aunque todo irá dependiendo de lo que finalmente marque el termómetro.

El objetivo primordial del Gobierno es que los inconvenientes que se darán en el sector -el foco está puesto más en la generación que en la distribución de energía- no afecten a los hogares, lo que sin dudas generaría un malestar social importante, sobre todo luego de un año en el que se dio un fuerte reacomodamiento de tarifas.

Mientras tanto, por el momento no hay previsto un encuentro formal entre los empresarios y el Gobierno, aunque en la industria lo marcan como algo "vital para plantear el panorama y las necesidades".