Una Justicia que investiga a empresarios es legado que Gobierno puede dejar

En la mayoría de las encuestas que difunden las consultoras, al gobierno de Mauricio Macri se le reprocha no haber podido controlar la inflación en casi tres años de gestión, la suba sostenida de las tarifas y la disparada feroz del dólar durante 2018. Pero se le valora su búsqueda de Justicia, principalmente el hecho de que desde Comodoro Py en los últimos años se haya avanzado en las causas de corrupción contra ex funcionarios nacionales.

Al estar inmersa la ex presidenta Cristina Fernández en ese grupo no son pocos los que plantean que la mira de Comodoro Py sólo enfoca al kirchnerismo y que los jueces no son independientes sino leales al Poder Ejecutivo de turno. Difícilmente se pueda plantear esa duda en relación a la participación de empresarios en esos actos delictivos.

La investigación que la Justicia inició por los denominados cuadernos de las coimas expuso, como nunca, al empresariado como la otra cara de la Argentina corrupta. Se puso sobre la mesa que, además de un Estado que, por ejemplo, digitaba la adjudicación de obra pública, del otro lado había un sector dispuesto a pagar esas dádivas. Muchos lo pensaban, pero pocos en la Justicia habían avanzado en esa línea hasta entonces.

Macri fue empresario. Sigue sintiéndose parte incluso hoy, al frente del mayor cargo político e institucional al que se puede aspirar. Y, a su favor, le dio vía libre a la Justicia para avanzar e investigar a los principales hombres de negocios del país. No será él quien defina si son culpables o no, pero sí deberán transitar -muchos ya lo están haciendo-, como mínimo, las escalinatas de Comodoro Py para explicar, y contar, qué pasó y qué saben.

La Corte Suprema que hasta esta el domingo encabezará Ricardo Lorenzetti también hizo su trabajo, alineado al Ejecutivo. Bajó el mensaje a los jueces federales de que se podía investigar al Poder. Esa Corte, hace dos años, fue la que frenó un aumento de tarifas de gas que al Gobierno le reportó un revés político y económico doloroso. En la Rosada lo asimilaron y, aun con diferencias sustanciales en la opinión y cruces varios en el camino, conservaron una relación cordial con la máxima autoridad del Poder Judicial.

A partir del lunes, Macri tendrá, desde lo institucional, un desafío muy trascendente, incluso sumergido en la difícil coyuntura económica que atraviesa el país. Gobernar su último año de mandato con un presidente del máximo tribunal, Carlos Rosenkrantz, al que muchos identifican como un aliado suyo, ya que fue él quien lo promovió -junto conHoracio Rosatti- para una de las dos vacantes que había en el cuarto piso de los tribunales de Talcahuano. El tiempo dirá cómo se construirá una relación que todos van a seguir de cerca en el electoral 2019.

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