

Jorge Macri tiene pocos días para mostrar al electorado porteño que su candidatura a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires puede actuar como factor de unidad en el PRO. Su primo Mauricio estuvo de vacaciones tres semanas y era imposible que lo acompañe en alguna recorrida, por lo tanto, la jugada que imaginó, con los principales dirigentes del partido caminando por CABA todavía no fue posible.
Sin embargo, hoy viernes está previsto un encuentro en un café de los dos Macri a los que se sumaría Gabriela Michetti, la exvicepresidenta de la Nación que -antes- fue precandidata a jefa de Gobierno en unas elecciones que perdió, porque Mauricio anunció su respaldo a Horacio Rodríguez Larreta , quien medía menos en las encuestas.
"Se trata de una herida a reparar", dijo a El Cronista un dirigente que no viene del PRO pero trabajó duramente en la campaña de Michetti y ahora lo hace con Patricia Bullrich. En efecto, en ese momento a Gabriela le costó aceptar esa jugada de último momento.

La pelea Mauricio Macri-María Eugenia Vidal
Pero aquí no terminaría todo. Trascendió que el exsecretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis , está trabajando para lograr el lunes otra foto, del primo Jorge con Mauricio, Rodríguez Larreta y Bullrich. Incluso podría sumarse María Eugenia Vidal, que se expuso a las críticas de Mauricio por haberse expresado a favor de la candidatura de Larreta, lo que a su vez abrió un nuevo debate interno, inconcebible a pocos días del primer turno electora.
Cerca del expresidente aseguran que no la criticó por haber hecho público su alineamiento con el jefe porteño, sino que "salió a cuestionarla porque ella había dicho que iba a ser neutral y no lo fue, porque todo su equipo se fue con Patricia y ella no, y porque de ese modo desdibujó su posición".
En el fondo, hay un reclamo porque María Eugenia no le avisó a Macri el paso que iba a dar, una convivencia que él busca mantener aún en las peores circunstancias, y que efectivamente el larretismo evita para demostrar independencia.
"No aguantó el enojo", es el comentario del equipo de Vidal. Ella, sin embargo, antes de mostrarse con Rodríguez Larreta hizo un gesto hacia Jorge Macri, acompañándolo en una recorrida que tuvo poca difusión, por el disgusto que generó en la mitad del PRO su opción por un candidato que no es Bullrich sin avisarle.

"El PRO es hoy esta batalla interna, pero también es una mayoría electoral y silenciosa que no quiere ver que los dirigentes se peleen y no puede creer que ante la cantidad de problemas que existen haya peleas que nadie entiende a qué se deben", explicó un consultor más ligado a Rodríguez Larreta.
Agregó que "una cosa es que salga a pegar un legislador porteño (lo hizo, por ejemplo, Juan Pablo Arenaza), otra muy distinta que lo haga el propio Macri. No mandaron ni al killer mediático, el diputado Fernando Iglesias . Es algo rarísimo lo que pasó".
En el bullrichismo están igualmente sorprendidos. "Deben ser problemas entre ellos dos, a nosotros también nos asombró la actitud de Mauricio", explicaron. "Y no lo tomamos como un respaldo a la candidatura de Patricia, por lo menos a nosotros no nos dijo nada, nos parece que fue solo una bronca del momento y después intentó bajarle el tono".
Las preocupaciones de Jorge Macri
Como sea, la preocupación de Jorge es tomar impulso para la última semana de campaña y asegurarse el triunfo frente a su competidor en Juntos por el Cambio, el senador Martín Lousteau , preferido entre muchos larretistas que vienen compartiendo con él la gestión de los últimos cuatro años, a través de funcionarios que se incorporaron, por un lado, y largas conversaciones políticas y de gestión.
Frente a esta realidad, la preocupación del ex intendente de Vicente López es que la gente de Rodríguez Larreta ponga en la cancha a sus expertos territoriales para ayudar a Lousteau. "Los barrios del norte de la Ciudad los ganamos, y buena parte de los del centro también. Tenemos nuestras dudas de lo que puede pasar en el sur, donde seguramente perdamos varios barrios, pero confiamos en ganar en otros y equilibrar con una buena diferencia en los distritos que ganemos", precisó un armador del primo Jorge.
Los números que maneja esta fuente son aproximadamente una victoria en la primaria local de Juntos por el Cambio de 60-40, un porcentaje que supone un 30% vs 12% de votos en el norte, 22% vs 18% en el centro y 20% vs 25% en el sur. Cree que ambos candidatos pueden obtener 52 o 55% de los votos, un 30% de Macri y un 22% de Lousteau.
Si esos pronósticos se darán o no, habrá que verificarlos. Como diría el polémico ilusionista TuSam, todo "puede fallar".


