Silvina Batakis y sus primeras señales como ministra de Economía: crónica de un lunes frenético

La nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, asumió ayer a la tarde en Casa Rosada y dejó frases que hicieron ruido en su primer acercamiento a la prensa.

"Creo en el equilibrio fiscal y en la liberación de las fuerzas productivas para lograr puestos genuinos de trabajo", declaró la flamante reemplazante de Martín Guzmán, con una oración que incluso remitió a un discurso del ex ministro de la última dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz.

Cómo fueron las últimas horas de Martín Guzmán en el Gobierno

Por la noche, en una entrevista con el canal C5N, anticipó que el Gobierno irá hacia una planificación de la demanda de dólares en coordinación con los empresarios, ante un tercer trimestre complicado por las importaciones de energía.

Asimismo, indicó que no habrá un control de precios ya que la política anti inflacionaria debe ser integral y se tiene que abordar en varios frentes. También señaló que la segmentación de las tarifas sigue en pie y que en menos de un mes debe estar resuelta la "cuestión energética".

Después de un día de tensión financiera y productiva, Batakis anticipó que su gestión buscará continuar el "programa económico" con "manejo fiscal" y que sus objetivos son fomentar las exportaciones y revalorizar la moneda nacional.

Nada muy distinto de lo que repetía su antecesor, como una señal para intentar calmar a los "mercados". El plan con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se mantiene intacto, por el momento.

La ex ministra de Hacienda de la provincia de Buenos Aires durante el segundo gobierno de Daniel Scioli (2011-2015) empezó su primer día como máxima responsable de la administración económica del país con una reunión con el presidente Alberto Fernández en la Quinta de Olivos, que duró cerca de 4 horas.

Luego Batakis se retiró a su nuevo lugar de trabajo, el Ministerio de Economía, para recibir a Miguel Pesce, el presidente del Banco Central (BCRA) que sugirió su candidatura.

Allí dialogaron sobre la escasez de dólares, la sostenibilidad fiscal y el desarrollo del mercado local de capitales. También estuvo Scioli, el flamante ministro de Desarrollo Productivo, que si en 2015 ganaba las elecciones presidenciales la hubiese designado a Batakis en el cargo al que finalmente asumió ayer.

El financiamiento en pesos, marca insignia de Guzmán, está en riesgo después de una masiva venta de bonos el mes pasado.

La autoridad monetaria compró ayer más de $ 280.000 millones para sostener los precios y el 29 de julio hay otro mega vencimiento de bonos de deuda pública en moneda local ajustables por inflación por unos $ 480.000 millones.

Más tarde, la ministra que es fanática de Boca y de Juan Román Riquelme se encontró con el tripero Guzmán para ordenar la transición.

Deuda con el FMI y el Club de París

El funcionario renunciante iba a viajar en estos días a Francia para cerrar el último capítulo de la deuda externa con el Club de París, al que todavía hay que pagarle u$s 2000 millones, con una tasa que corre al 9% anual y se busca bajar a 1,5%.

En el FMI están pendientes del nuevo equipo que designará la "Griega" para tener nuevos interlocutores en Hacienda, Finanzas, Política Tributaria, Programación Macroeconómica y también en Planeamiento Energético.

Todos los funcionarios de Guzmán estaban convencidos de su plan y renunciaron en un acto de "responsabilidad y amor por la Argentina", dijeron en su entorno.

El primer día de Batakis transcurrió en medio de una nueva corrida cambiaria y un parate de hecho en la actividad económica. Locales cerrados, remarcaciones, brecha y alto spread en las cuevas, el fantasma del desabastecimiento y la posibilidad de un nuevo salto inflacionario, con incrementos de los alimentos en supermercados y almacenes dominaron un lunes frenético.