La Asamblea Anual del FMI en Lima, Perú, es un hervidero y eso que es temporada de lluvias, no de calores. Mario Blejer, el ex presidente del Banco Central y casi un adelantado, ya está por ahí y dispara frases que gustan en Perú, pero dan que hablar en la Argentina. Holdouts, sí, dice Blejer, pero sólo bajo las condiciones que se negocien con Argentina, y con el objetivo de llegar a la fiesta del financiamiento, es decir, para buscar fondos en el mercado internacional antes que Estados Unidos ponga la tasa muy arriba, porque es necesario para alimentar las reservas del Banco Central.

La beautiful people de Moody´s también aporta lo suyo: "sólo quedan reservas hasta el 10 de diciembre", advierten. Pero no sólo Blejer recorre los pasillos del FMI. En vuelo directo llega Silvina Batakis, la ministra de Scioli, quien por estas horas se dedica a los diagnósticos pasados y presentes: "decían que las reservas no iban a alcanzar y alcanzaron", dijo y sacó pecho: "Argentina es uno de los países más desendeudados del mundo". Quienes no opinan en la misma línea son los economistas de Macri. En vuelo a Lima, Rogelio Frigerio, vocero plenipotenciario del equipo económico macrista, tendrá su reunión con JP Morgan. Él, junto con Prat Gay, son los escoltas de Macri por estas horas. En rigor, el dato de las últimas horas es que habría quedado descartado Carlos Melconian para ocupar eventualmente la cartera económica (no viajó a Lima), aunque algunos arriesgan el sillón del BCRA para el economista.

Otro que pisa Lima por estas horas es Hernán Lacunza, ex funcionario del BCRA y hoy asesor full time de María Eugenia Vidal. Lacunza es a Vidal, lo que Frigerio es a Macri. "El cepo es hijo de haber abusado de las reservas", dijo Lacunza, y planteó que los argentinos "no podemos sorprendernos de la presión cambiaria, la brecha y el blue si estamos haciendo abusos de las reservas". Por eso los dos referentes económicos buscarán traerse de Lima promesas de crédito del Banco Mundial. En esa línea cifra Martín Redrado su paso por el FMI. El referente de Massa, buscará elegir los momentos para no coincidir en los pasillos con Alejandro Vanoli, quien ocupa hoy el sillón que algún momento supo retapizar el ex Golden boy.