La producción de libros en el país creció en 12 millones de unidades, un 56% más que en 2019, y revirtió la balanza comercial negativa, de acuerdo con los datos del sector privado y la secretaría de Comercio. Las importaciones cayeron 67% en 2020.

En el último año, la mejora fue del 50%, de acuerdo con las cifras de la FederaciónArgentina de la Industria Gráfica y Afines (FAIGA) y la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP). La mayor producción tuvo impacto en el empleo: se recuperaron 3700 puestos de trabajo.

La mejora de los datos de impresión se da en un contexto donde, enmarcada en la pandemia, avanzó la publicación digital de los libros. De acuerdo con la Cámara Argentina del Libro (CAL), en 2020 crecieron los soportes electrónicos.

En paralelo también crecieron los lanzamientos en soporte digital
En paralelo también crecieron los lanzamientos en soporte digital

El 64% de las novedades se publicaron en formato papel mientras que el 19% fue en versión digital y el 18% directamente nativo digital. En 2019 esas proporciones eran del 79% para el papel, el 9% para la versión digital y el 13% para nativo digital.

En 2019 la cantidad de ejemplares publicados -en todos los formatos- había sufrido un retroceso de 45% respecto a 2016 según datos de la Cámara Argentina del Libro.

En base a los buenos resultados del último año, esta tarde se firmó la extensión de manera permanente de la Resolución 253/2020. Tanto la FAIGA como la CAP participaron del acuerdo que se ratificó con el Gobierno. "Logramos que la mayoría de los libros editados fueran producidos en el país, con trabajo y con papel argentino", remarcó Paula Español, secretaria de Comercio Interior.

Desde el Gobierno aseguran que la mejora en los datos de producción se explicó por la mayor protección al sector, que fue declarado prioritario según la resolución 253/2020, que exige que tanto libros como libros de estampas, álbumes y cuadernos para dibujar o colorear cuenten con una certificación previa a su comercialización en el mercado interno para garantizar la seguridad de los productos, como el contenido de plomo en la tinta.