ENTREVISTA

Scioli: "Hay total predisposición de Bolsonaro y Alberto para mejorar la relación bilateral"

El embajador argentino en Brasil dijo que "ambos países están interesados en potenciar el flujo comercial" y que "no se trata de eliminar las diferencias porque eso no tiene lógica"

Daniel Scioli derrocha optimismo. Fiel a su estilo de entusiasmo constante, el embajador argentino en Brasil expresó que más allá de las diferencias que hay con el gobierno del vecino país "hay una total predisposición de ambos presidentes (por Jair Bolsonaro y Alberto Fernández) por mejorar las relaciones bilaterales" y destacó que tanto Argentina como Brasil "están más que interesados en potenciar el flujo comercial con el otro".

No sólo esto: "La integración del Mercosur tiene que ser en pos del desarrollo de nuestros sectores productivos, y no en su contra", añadió el embajador argentino sobre el futuro del Mercosur.

Scioli cree que "no se trata de eliminar las diferencias (entre Alberto Fernández y Bolsonaro) porque no tendría lógica. Cada gobierno es diferente a los demás". El embajador argentino aseguró en diálogo con El Cronista que el comercio entre Brasil y la Argentina "superó los niveles previos a la pandemia, y tenemos la expectativa de que siga creciendo con mucho más vigor".

El ex gobernador bonaerense ya está asentado en Brasil y no para de recorrer el extenso país vecino en busca de oportunidades para la Argentina. Cree que hay mucho para hacer y le restó importancia al reciente altercado diplomático de Alberto Fernández con Bolsonaro y Luis Lacalle Pou por el futuro del Mercosur. Al hablar de la idea de flexibilizar los acuerdos de libre comercio con otros países Scioli dijo: "flexibilizar es una palabra que está politizada de más, pero no hay que tomarla más allá de su significado. Argentina busca un fino equilibrio entre nuestras necesidades coyunturales y económicas fronteras adentro, y tender a los objetivos del mercado común".

-¿Cuál es el balance de estos primeros meses de gestión en la embajada y cuál es la perspectiva de mejora de las relaciones bilaterales?

-Esta semana se cumplen 8 meses desde que asumí la responsabilidad de dirigir la Embajada en Brasil. Llegué a Brasilia en medio de una pandemia y en lo que los analistas decían que era el peor momento de las relaciones diplomáticas con Brasil en los últimos 30 años. Vine con un mandato fundamental del Presidente Alberto Fernández: recomponer la relación política y potenciar las exportaciones argentinas a Brasil. Con una fuerte impronta diplomática ejecutiva y comercial, luego de visitar 10 estados de Brasil y estar más de 15 veces en el Planalto, podemos hablar de logros concretos en ambos aspectos. A nivel político, después de los desencuentros entre ambos presidentes, en mi primera reunión con Jair Bolsonaro le planteé que necesitábamos dejar atrás las diferencias y trabajar en los numerosos aspectos de nuestra relación bilateral. Puso a todo su gabinete de ministros a disposición, y de a uno me fui reuniendo con ellos y abordando las cuestiones pendientes.

En el caso de agricultura, por ejemplo, trabajamos con la ministra Tereza Cristina en todas las trabas sanitarias que existían en el comercio bilateral de productos agroalimentarios. Cuando el mes pasado nuestro ministro Luis Basterra visitó Brasilia, firmamos un comunicado conjunto en donde mostramos que las resolvimos todas. 49 productos que estaban trabados y hoy se encuentran liberados: chía, almendra, madera de pino. Destrabamos el bloqueo judicial a los langostinos argentinos: 150 millones de dólares anuales que representan el 25% de las exportaciones de Chubut y Santa Cruz. También hubo una visita de Agustín Rossi a su par brasileño en Minas Gerais para discutir acuerdos de industria militar, y reuniones por videoconferencia con Darío Martínez, Mario Meoni, Gabriel Katopodis, entre otros. Estamos trabajando en cooperación nuclear, en proyectos de gran envergadura como el gasoducto Vaca Muerta - Uruguayana - Porto Alegre que, cuando se concrete, va a cambiar la matriz de integración energética entre ambos países. También en ejercicios militares conjuntos, cooperación tecnológica y satelital. 

Una de las cosas que Alberto Fernández me pidió particularmente fue que asegurara la presencia de Bolsonaro en la cumbre del Mercosur y lograra su apoyo en nuestras negociaciones frente al FMI. A principios de marzo, el presidente de Brasil manifestó su compromiso de viajar a Buenos Aires a la cumbre y su deseo de que Argentina pueda cerrar su acuerdo con el Fondo. Luego la cumbre se hizo de manera virtual por cuestiones sanitarias, pero eso habla de una total predisposición para la mejora de las relaciones bilaterales.

-¿Cómo se pueden superar las diferencias entre Alberto Fernández y Bolsonaro para potenciar el vínculo de Brasil y Argentina?

-Ambos presidentes se vieron las caras por primera vez el 30 de noviembre pasado, en el día de la amistad Argentina-Brasileña, una videoconferencia de una hora donde hablaron con el mismo espíritu que le mencioné, el de dejar las diferencias a un lado y centrarse en todos los temas de agenda positiva. No se trata de eliminar las diferencias porque no tendría lógica. Cada gobierno es diferente a los demás. Pero ambos presidentes tienen en claro que al otro lo eligió su pueblo, respetan eso y pusieron sus funcionarios a completa disposición para trabajar en los temas que hacen a los intereses nacionales permanentes, más allá de quien sea que ocupe la presidencia. Esa es la estrategia que estamos desarrollando.

-¿Sería positivo bajar los aranceles externos del Mercosur para aumentar los niveles de comercio?

-Nuestro presidente lo mencionó en su discurso de apertura de la Cumbre del Mercosur la semana pasada. Las Cancillerías de los países miembros vienen ya trabajando en el estudio del Arancel Externo Común (AEC). Este 22 de abril habrá una reunión de ministros en la que participará nuestro Canciller Felipe Solá. Allí, de acuerdo con los resultados de los estudios que se vienen haciendo, se plantearán diferentes metas y objetivos a ser discutidas dentro del ámbito del bloque. Lo dijo también el presidente Fernández: "el Mercosur no es un bloque cerrado al comercio exterior, sino una plataforma para que nuestros países se proyecten al resto del mundo". 

Tiene negociaciones activas con 7 contrapartes: Unión Europea, EFTA, Canadá, Líbano, Israel, etc. No se puede decir que no se esté trabajando en aumentar la integración. Pero es muy difícil tener una mirada idéntica sobre plazos y prioridades de nuestra agenda externa. Por eso estamos partiendo desde una visión pragmática de mediano plazo que trascienda las urgencias políticas, y que está profundamente anclada en una visión de desarrollo de nuestros sectores productivos.

-¿Por qué la Argentina no logra una alianza más sólida con Brasil que le permita aumentar el caudal de comercio y negocien juntos como bloque?

-Déjeme discrepar en ese punto. Tenemos una alianza comercial muy sólida: Brasil es el principal socio comercial argentino, y Argentina es el tercer socio comercial de Brasil, después de China y Estados Unidos. Eso significa que ambos países están más que interesados en potenciar el flujo comercial con el otro. De hecho, tengo los datos que salieron en los últimos días sobre la balanza comercial bilateral. En el primer trimestre de 2021, las exportaciones argentinas a Brasil fueron de 2.600 millones de dólares. Crecieron un 16% con respecto al primer trimestre de 2020. De hecho, en el mes de marzo, que acaba de terminar, la corriente de comercio fue un 26% más alta que la de marzo del año pasado. 

Es decir, la corriente de comercio ya está aumentando. Superó los niveles previos a la pandemia, y tenemos la expectativa de que siga creciendo con mucho más vigor. Por otro lado, estamos trabajando juntos como bloque. Hay iniciativas bilaterales de promoción del turismo conjunto en el resto del mundo, al igual que en otros ámbitos. Nuestra próxima meta es lograr que Argentina y Brasil sean un polo agroalimentario a nivel mundial. Tenemos el potencial necesario para poder proveer de alimentos listos para consumo a todo el mundo, y ya estamos trabajando en eso.

-Le reitero la pregunta: ¿por qué no se pueden flexibilizar los acuerdos de libre comercio del Mercosur para darle más fuerza al bloque?

-Insisto. Argentina y Brasil ya están trabajando, junto al resto de los estados miembros del Mercosur, en propuestas de flexibilización. El 22 de abril los cancilleres tendrán una reunión 100% dedicada a ese tema. De hecho, en el caso de las negociaciones con Corea, Argentina presentó una propuesta para que se negocie de manera flexible, con cada socio participando en los temas que más le interesan. Quizás "flexibilizar" es una palabra que está politizada de más, pero no hay que tomarla más allá de su significado. 

El Mercosur de 2021 no es el mismo que el de 1991: se está adaptando a los nuevos tiempos. Pero no hay que dejar de lado tampoco las situaciones internas de cada país. Tenemos una industria nacional que tenemos que defender por sobre todas las cosas, y los mismos reclamos y necesidades tienen la industria brasileña y la del resto de los países también. Se trata de buscar un fino equilibrio entre nuestras necesidades coyunturales y económicas fronteras adentro, y tender a los objetivos del mercado común. Creo que nuestro gobierno está bien orientado hacia ese equilibrio. La integración del Mercosur tiene que ser en pos del desarrollo de nuestros sectores productivos, y no en su contra.

-¿Cree que el planteo de Lacalle Pou sobre la idea de "lastre" del Mercosur fue malinterpretado por el presidente?

-Me parece que no hay que darle más entidad de la que tuvo. Es un tema que confío que se irá superando. Argentina y Uruguay tienen una relación de estrecha hermandad que va más allá que un desencuentro menor que se pueda tener en un ámbito multilateral.

-¿Es posible que hoy la Cancillería no acompañe el esquema de inserción real que necesita Argentina en el mundo?

-No estoy de acuerdo. La Cancillería y la Embajada en Brasil están haciendo un fuerte trabajo de inserción en el mercado brasileño que es modelo para otras regiones. Trabajamos codo a codo con la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales que conduce Jorge Neme, y tenemos un apoyo constante de la Cancillería para la promoción comercial. Hemos hecho exitosas misiones comerciales de autopartes, del sector vitivinícola, ayudando a recuperar mercado en Brasil. En breve lanzaremos una misión comercial de alimentos al sur de Brasil y otra a Bahía. Además, lanzamos un ambicioso plan de reducción de los aranceles logísticos que enfrentan nuestros productos en puertos, zonas aduaneras y empresas de comercialización en Brasil; que implica beneficios de entre 15 y 25% para nuestros exportadores. La escala de este programa no tiene comparación con ninguno que se haya hecho antes. 

No hay que trabajar para los títulos o papeles firmados, que después no tienen validez en el mundo real. Fue el mismo canciller uruguayo, mi amigo Pancho Bustillo, quien dijo hace unas semanas que el anuncio del acuerdo Mercosur - Unión Europea de 2019 había respondido a una necesidad electoral de Macri. Resulta que había tanta premura en tener una buena noticia, y ahora, dos años más tarde, tenemos a los países de Europa repensando varias de las cláusulas, y hay temas que se siguen discutiendo. A diferencia de eso, lo que la Cancillería está haciendo hoy es un trabajo eminentemente basado en el terreno, en el que se están teniendo logros comerciales concretos, como los que ya comenté de Brasil y otros lugares también.

-¿Hay posibilidad de que Bolsonaro y Alberto Fernández se reúnan en algún momento para saldar sus diferencias? ¿Cómo ayudaría eso a las relaciones bilaterales?

-Más allá de eso, lo importante son los resultados que se van dando día a día entre nuestros países. Hay una fuerte voluntad de ambos presidentes de fortalecer y mejorar la integración bilateral en todos los ámbitos. Hubo avances en ciencia y tecnología, telecomunicaciones, agroalimentos, comercio, y muchos otros aspectos que hacen a nuestros lazos.

-¿Habrá posibilidad de potenciar los acuerdos de cooperación entre Brasil y Argentina en materia sanitaria para enfrentar la pandemia?

-Hay aspectos en los que se está trabajando en conjunto. Hace unos meses del Ministerio de Salud de nuestro país me pidieron con urgencia una droga que estaba en falta en Argentina, y Brasil tenía producción: el Midazolam. Es un insumo para los sedativos que se usan en pacientes con respirador debido al COVID-19. Brasil tenía la exportación prohibida, pero junto con el equipo de la embajada nos movimos cielo y tierra y logramos conseguir 1,5 millones de dosis. 

Estuve también con el que fue hasta hace unas semanas Ministro de Salud, el General Pazuello, con quien tocamos todos los puntos de la agenda bilateral en salud. Hoy está dominada por el COVID pero es mucho más amplia que eso: hay colaboración en investigación contra el VIH, otras enfermedades inmunológicas, entre otros. También estuve con el Gobernador de São Paulo, Joao Doria, quien me contó el proceso de fabricación de la vacuna en su estado. Para fines de este año Brasil estará en condiciones de producir 1 millón de dosis diarias. También nuestro canciller Felipe Solá estuvo con Dimas Covas, presidente del Instituto Butantan, el más prestigioso de Brasil, y firmaron un memorándum de entendimiento para la provisión de vacunas. Es decir, hay vínculos tejidos desde hace ya tiempo, y que son usados cuando es necesario.

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