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Con los datos de julio, el gasto primario acumula, en lo que va de 2023, una contracción de 4,8% anual, en términos reales, según estimaciones de Nadin Argañaraz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). Pero los ingresos se derrumbaron 8%, principalmente afectados por el impacto de la sequía en la recaudación de retenciones. Como resultado, el déficit primario real trepó 23,5% en vez de contraerse, como reclama el acuerdo con el Fondo.

La ejecución del gasto primario entre enero y julio equivale al 9,57% del PBI y fue "la menor de los últimos siete años", según Argañaraz. "El gasto se había reducido desde 2017 hasta 2019, luego con la pandemia volvió a subir y, por último, volvió a descender", describió. "El gasto de 2023 va a quedar en un nivel bajo, relativo a los últimos años", añadió.

La fuerte reducción de ingresos pone la vara difícil para cumplir con el 1,9% de déficit primario comprometido con el Fondo. En siete meses, el rojo fiscal acumula un monto equivalente al 1,27% del PBI, por lo que el Gobierno agotó el 70% de la meta y los gastos suelen recalentarse en la segunda mitad del año, por el impacto de la inflación y las indexaciones que acarrea. Sin sequía, el rojo hubiera rondado el 0,7% del PBI, según Argañaraz.

En el acumulado anual, la poda del gasto se concentra en asignaciones familiares (-36,9%), subsidios energéticos (-20,3%), transferencias corrientes a provincias (-17,6%), pensiones no contributivas (-17,4%) y subsidios al transporte (-16%). Las jubilaciones caen 7,5%.

Radiografía del ajuste, según el Iaraf.
Radiografía del ajuste, según el Iaraf.

En cambio, los salarios se mantienen en terreno positivo (7,1%), el gasto en programas sociales aumenta 9% y las prestaciones del PAMI se incrementan 9,9%. Las transferencias de capital a las provincias aumentaron 48,7% real, aunque los constructores coinciden en que los pagos de las obras que financia la Nación y ejecutan las provincias se encuentran demorados.

Aceleración en julio

El gasto primario trepó casi 119% en el mes previo a las elecciones primarias, con gastos corrientes que corrieron a la par de la inflación anual (113,4%, según el Indec) y desembolsos de capital que superaron el 200% anual. Los ingresos aumentaron apenas 95,1%. Con una señal de alarma: sin contar retenciones, la recaudación creció 112%, menos que el costo de vida.

La Secretaría de Hacienda se las ingenió para mostrar que el gasto corriente se mantuvo constante contra la evolución de precios: los pagos de salarios, jubilaciones y otras erogaciones regulares crecieron 113,4% anual en julio. Dentro de esos pagos, las jubilaciones y pensiones aumentan menos que el IPC (100,1%) y las asignaciones familiares quedan aún más rezagadas (75,3%). En cambio, crecieron con fuerza los desembolsos al PAMI, 170,7% anual.

Las transferencias corrientes a provincias, otro de los focos del ajuste en el gasto que implementó Sergio Massa desde que asumió como ministro de Economía, tuvieron una expansión nominal del 158,4% anual en julio. Educación explicó buena parte de esos giros, con un crecimiento de casi 250% anual.

En julio revivieron las transferencias corrientes y de capital a las provincias.
En julio revivieron las transferencias corrientes y de capital a las provincias.

El fuerte recorte en los subsidios energéticos ya se ve en los números fiscales. Este gasto aumentó apenas 24% anual, casi 90 puntos menos que la inflación. A la quinta de los beneficios a familias y empresas se sumó la alta base de comparación contra julio de 2022, cuando los precios de la energía estaban por las nubes por la guerra y la necesidad de importar era más alta.

Los gastos de capital aumentaron 201,4%. Las obras energéticas (el Gasoducto Néstor Kirchner) explicaron una parte de los desembolsos. Pero también aumentaron los pagos para obras en áreas de Educación y las transferencias a provincias para el pago de obras. Esto último estaba fuertemente retrasado y era una queja recurrente del sector de la construcción.

Al déficit primario se suma la carga de intereses. El déficit financiero, de $ 754.253 millones, se compone de $ 420.000 millones de intereses y de $ 334.400 millones en prestaciones, subsidios y obras.