El rumbo del gobierno

Manzur pone la lupa sobre los ministros y exige metas para el día después de las elecciones

El tucumano reunió al gabinete y reclamó compromiso para hacer cumplir el acuerdo de precios. También revisa la ejecución presupuestaria de cada área, justo cuando se esperan más cambios en las primeras líneas del equipo presidencial.

Mientras Alberto Fernández reposaba luego de regresar en un vuelo de más de 14 horas, procedente de Escocia, su gabinete se congregaba a primera hora de la mañana en el Salón de las Provincias de la Casa Rosada, convocado por Juan Manzur, para repasar el estado general de la gestión. Ajustar las clavijas, y pasar revista para el día después de las elecciones.

Veinte minutos antes de las 8, Manzur dio el miércoles inicio a una nueva reunión de gabinete, de realización quincenal, destinada a que los ministros y ministras expongan los avances de las medidas implementadas en las últimas semanas.

El gobernador de Tucumán en uso de licencia pidió a cada cartera que profundice el apoyo, en los medios, pero también en la calle, a las tres líneas prioritarias de la gestión, por estos días.

En lo inmediato, la Casa Rosada busca acelerar el cumplimiento del congelamiento de precios dictado hace escasos días, como un recurso de suma necesidad para frenar la "estampida" de los valores en productos de consumo masivo de primera necesidad, y así detener una sangría sobre el poder adquisitivo de los ingresos de las clases media y baja. Esta semana, el eventual congelamiento del precio de los medicamentos también 

Con una mirada de mediano plazo, Manzur y el gabinete discutieron las acciones que se evalúan o están en marcha para "la generación de trabajo genuino y el desarrollo de la producción", según ventilaron algunos asistentes al encuentro.

Resultados para continuar

Más allá de las formalidades, a ninguno de los funcionarios convocados a Balcarce 50 les es ajeno la alta probabilidad de que el Frente de Todos deba asumir una derrota el 14 de noviembre, tal vez menos estrepitosa de la ocurrida en las PASO.

Aquella fatídica jornada derivó a los pocos días en una crisis institucional motivada por la renuncia en masa del ala kirchnerista del gabinete, ante la renuencia del propio Alberto Fernández de reconocer los errores y entregar ministros. La insistencia de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, y una carta pública fueron suficiente para romper y, de los añicos, reconfigurar el equipo estrecho del Presidente.

Entonces, Cristina y su entorno pidieron más cambios. Pero se contuvieron para no desdibujar (aún más) la figura presidencial. No obstante, después del 14 de noviembre, la purga de ministros continuará.

Para la próxima reunión de gabinete, que se hará después de las elecciones generales, cada ministro deberá mostrar la ejecución presupuestaria de su cartera y los compromisos asumidos en estos encuentros. Los diagnósticos que arrojen los datos serán fundamentales para argumentar quién sí y quién no está en condiciones de continuar en lo que resta del mandato.

Fernández prepara más cambios en el gabinete después del 14 de noviembre 

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