Ingreso de dólares: por qué corre riesgo una suma millonaria que llegaría de la mano del campo

Las buenas proyecciones para la campaña estadounidense de soja empujaron el precio internacional a la baja. Esto, que siguió a los daños que sufrió la cosecha durante el año por plagas, hacen que las estimaciones de exportaciones se hayan recortado hasta u$s 7 mil millones respecto de las expectativas de principio de año.

Las proyecciones iniciales sobre la campaña 2023/2024 se ubicaban en los u$s 35 mil millones exportados en cereales y oleaginosas. Al día de hoy, esas expectativas se ubican en torno a los u$s 29.123 millones, según estimó la Bolsa de Cereales Buenos Aires. 

Según estimaciones de la consultora Abeceb, los precios de los principales commodities agrícolas de Argentina cayeron un 25%. Esto, junto al impacto de la chicharrita, se tradujo en que la campaña gruesa tuviera una pérdida superior a los u$s 5 mil millones.

Los buenos volúmenes registrados este año, en especial en soja y maíz, que recuperaron su producción respecto de la sequía del año pasado, verá licuado su efecto en la balanza comercial a raíz de que la pérdida en el frente internacional.

Según la Bolsa de Rosario, las ventas de granos gruesos repuntaron y la soja ya vendió casi 20 millones de toneladas, un 69% más que la campaña anterior y un 8% por encima del promedio de los últimos 5 años. Sin embargo, medido en valor este complejo hasta ahora reportó u$s 8.980 millones, empujado por el volumen que hizo de contrapeso al derrumbe de precios.

En base a los precios actuales, Aurum estimó que todo el complejo oleaginoso, que en un año de cosecha normal podrían representar 18 mil millones de dólares, con los precios de agosto representarían poco más de 14 mil millones.

En los primeros ocho meses del año, según datos de la Cámara de Aceiteros y Exportadores de Cereales CIARA-CEC ingresaron divisas por u$s 16.092 millones, por encima de los niveles registrados en 2017 y 2018, pero aún muy por abajo de lo registrado en 2021 y 2022.

Todavía se mantienen altos niveles de mercadería sin precios que, según la consultora de Dante Sica, es el mayor porcentaje registrado para esta altura del año (58%) para la cosecha gruesa.

La molienda en julio alcanzó su mayor nivel para el mes en los últimos diez años, en parte acompañado por las importaciones de soja para la harina o aceite, lo que empujó el uso de la capacidad instalada, que trepó al 75%. Sin la soja importada (959 mil toneladas), el uso de la capacidad hubiera sido del 58%, según CIARA-CEC.

Para el cierre del año, desde Abeceb esperan que las exportaciones crezcan 13,4% respecto de la campaña anterior, pero se mantienen un 11,1% por abajo del promedio de los últimos cinco años.

Si bien es una recuperación significativa contra el total vendido del sector agrícola en 2023 (u$s 23 mil millones), todavía se mantiene lejos de los u$s 40 mil millones de la campaña récord de 2022.

Para lo que resta del año, las menores expectativas de la demanda de China junto a la caída de la demanda de biodiesel no presentan incentivos para los precios internacionales, mientras que en el plano local el dólar exportador estable o a la baja y el sostenimiento de las retenciones no se traducen en grandes incentivos.

La expectativa es que las ventas sigan en línea con las necesidades financieras del sector, en especial de cara a la siguiente campaña, que espera todavía las lluvias para ver si efectivamente hay mejoras en los precios. 

También según Abeceb, la próxima campaña gruesa tiene aún el peso de la chicharrita sobre el maíz y la necesidad de mayor inversión en fertilización generaría una pérdida de exportaciones de u$s 1.000 millones.