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Las elecciones del domingo en la provincia de Buenos Aires no solo definieron un nuevo mapa político, sino que también dejaron a la vista el tipo de vínculo que los argentinos mantienen con el sufragio. Lejos de ser un acto meramente ritual, el voto se ha convertido en un instrumento estratégico, usado para premiar, castigar o resistir.

Si bien un estudio de las Creencias Sociales 2025 realizado por Pulsar UBA confirma que el 64% de los ciudadanos cambia su voto de una elección a otra, el resultado bonaerense mostró que la lealtad partidaria sigue viva, sobre todo en el peronismo.

En el Conurbano, el oficialismo provincial logró mejorar su desempeño respecto de 2021 y consolidó el núcleo de apoyo que le permitió a Fuerza Patria imponerse en 28 de los 40 distritos más poblados. Esta consistencia no es casual: el informe revela que el 67% de los votantes peronistas mantiene su preferencia en el tiempo, invirtiendo la relación de la mayoría del electorado que suele ser volátil.

Para el peronismo, el voto conserva su carácter identitario: es un acto de pertenencia, de memoria colectiva y de defensa de un modelo de país.

En contraste, los votantes de La Libertad Avanza aparecen como los más volátiles del espectro político: el 84% dice que puede cambiar su voto según la coyuntura. Esta plasticidad no necesariamente implica falta de compromiso, sino que expresa una lógica de voto "instrumental", donde lo que importa es el resultado inmediato: frenar al kirchnerismo, cuestionar a Axel Kicillof, sostener la agenda de ajuste.

En las urnas del domingo, el electorado libertario mostró disciplina -hubo escasa fuga hacia otros espacios-, pero su adhesión es más a Milei que a la fuerza como tal.

El estudio también marca una diferencia en la percepción del voto obligatorio. Mientras que los peronistas lo respaldan mayoritariamente (58%), entre los libertarios la sociedad se parte en mitades: 49% prefiere la obligatoriedad y 49% se inclina por el voto voluntario. Esto habla de un electorado que defiende la libertad de elegir incluso si eso implica no participar del acto electoral, lo que se alinea con la narrativa liberal de Milei.

El resultado bonaerense confirma, además, que las emociones son clave: el electorado de Fuerza Patria votó movido por la preocupación por la economía y la defensa de derechos sociales; el de LLA, por la necesidad de cambio y el rechazo al kirchnerismo. La lealtad en un caso tiene raíces históricas y en el otro, es más bien circunstancial y personalista.

Este fenómeno plantea un desafío para la política nacional: ¿cómo gobernar en un país donde la mayoría del electorado es volátil y decide según el humor del momento? El peronismo parece haber encontrado una fórmula de resistencia que le permite sostener su base incluso en contextos adversos. Milei, en cambio, depende de mantener viva la épica antisistema para que su electorado no se disperse.

De cara a octubre, el escenario será de alta polarización. Los estrategas de campaña saben que el margen de crecimiento está en ese 6% que aún no decidió su voto, pero también que la clave será retener lo propio. En un país donde la lealtad partidaria se ha debilitado, el voto se vuelve más frágil y, al mismo tiempo, más decisivo.

Ficha técnica de la encuesta Pulsar UBA

  • Universo: Argentinos y argentinas mayores de 18 años.
  • Muestra y cobertura: muestra nacional de 1.252 casos.
  • Fecha de relevamiento: del 27 de mayo al 04 de junio de 2025.
  • Técnica de muestreo: probabilística. Relevamiento telefónico (CATI - 1.000 casos), 70% teléfonos celulares y 30% fijos. Relevamiento domiciliario (252 casos). Cuotas por sexo, edad y nivel educativo.
  • Margen de error estimado +/- 2.8%. Nivel de Confianza: 95%.