Para Cavallo, qué pasará con la inflación en medio del control de cambios y la fuerte emisión

El ex ministro de Economía estimó que el índice de costo de vida de noviembre puede ser algo más elevada por el aumento de los combustibles y algunas remarcaciones preventivas por eventuales controles de precios.

El ex ministro de economía Domingo Cavallo estimó cuál será  la inflación de noviembre y cómo evolucionará tras el cambio de gobierno en medio de un control de cambios y una fuerte emisión monetaria.

“La inflación promedio del mes de octubre (equivalente a la que estima el Indec) resultó 4% y la inflación de los últimos treinta días es algo superior. La inflación de noviembre puede ser algo más elevada por el aumento de los combustibles y algunas remarcaciones preventivas por eventuales controles de precios. Pero no hay indicios de que pueda llegar a ser mucho más alta por efecto de la política monetaria , detalla Cavallo en un documento publicado en su blog personal.

A continuación, el economista detalla a través de un informe acompañado por gráficos, que se espera que suceda en los próximos meses, y cuáles serían las decisiones que debería tomar el Gobierno para encausar a la economía.

El gobierno de Mauricio Macri  ya comenzó el proceso de disminución de las tasas de interés que intentará acentuar el nuevo gobierno. Seguramente con el beneplácito sino con la solicitud del presidente electo, el Banco Central comenzó a adoptar medidas para permitir el descenso de las tasas de interés y para remover la incertidumbre vinculada al stock de Leliq.

El primer paso fue la virtual eliminación del encaje remunerado sobre los depósitos a la vista. En realidad, es algo que sorprende que no haya sido hecho mucho antes. Pagar intereses a los bancos por encajes que corresponden a depósitos a la vista (que no pagan interés a sus titulares), es un virtual subsidio, que obliga a emitir dinero o a aumentar la colocación de Leliq cuando esos intereses deben pagarse.

Para que no se siga viendo al stock de Leliq como una bomba de tiempo y puedan seguir bajando las tasas de interés, el próximo paso probablemente consista en imponer un encaje remunerado a los depósitos a plazo por un monto equivalente al stock remanente de Leliq, con tasas de remuneración iguales a las tasas promedio pagadas por los bancos para captar esos depósitos a plazo fijo.

Este reemplazo de la Leliq por encajes remunerados no alterará el stock de pasivos monetarios del Banco Central, salvo el efecto contable de pasar a definir como base monetaria a todos esos pasivos, algo que conceptualmente es más apropiado que llamar base monetaria a un agregado que excluye a las Leliq. Sin embargo, en un sentido dinámico, se reducirá la necesidad de emitir dinero o Leliq por arriba del stock de encajes remunerados multiplicado por la tasa pasiva de los bancos.

Las Leliq obligaban a aumentar la cantidad de dinero o su stock por un monto equivalente al producto de ese stock multiplicado por la tasa activa de los bancos, que es la que éstos demandaban para comprar las Leliq. En síntesis, el reemplazo de Leliq por encajes remunerados producirá una reducción en el aumento de la base monetaria correctamente definida, en una magnitud equivalente al stock de encajes remunerados multiplicado por la diferencia entre la tasa activa y la tasa pasiva de los bancos.

Quitarle este virtual subsidio a los Bancos, es mucho más razonable que obligarlos a prestar dinero a sus clientes privados a tasas reguladas por el Banco Central, idea que han comenzado a insinuar algunos asesores del nuevo presidente como forma de inducir a la reducción de las tasas de interés.

Sin ningún mecanismo directo de fijación de tasas activas de interés, los bancos serán inducidos a bajar las tasas que pagan para captar depósitos, porque la demanda de crédito por parte de sus clientes solventes, seguramente no les permitirá aumentar la tasa activa.

El espacio para que bajen las tasas de interés sin que las mismas se tornen negativas en términos reales es de más de 150 puntos básicos mensuales, como puede apreciarse en el gráfico 2.

El efecto de la disminución de las tasas de interés, si llega a producir un efecto sobre el tipo de cambio, no lo será sobre el tipo de cambio comercial (virtualmente decidido por el Banco Central a partir de los controles de cambio) si no sobre las diversas versiones del tipo de cambio libre, que por el momento son el contado con liquidación, el dólar bolsa y el denominado “blue que no es otro que el del mercado paralelo. Por supuesto, este efecto sobre las distintas versiones de tipo de cambio libre, será adicional al que provocará lo que ocurra con la emisión monetaria determinada por la necesidad de financiar el déficit fiscal primario y los pagos de deudas en pesos que no sean alcanzadas con la probable moratoria.

Como puede apreciarse en el gráfico 3, no hay evidencias muy claras de un gran efecto de las tasas de intervención sobre el tipo de cambio, pero, si existió alguno, lo fue por la libre movilidad de capitales, por lo que queda claro que, con controles de cambio, el efecto sólo se verá sobre las versiones de tipo de cambio libre, no sobre la del tipo de cambio controlado.

El tipo de cambio y la inflación

Como puede apreciarse en el gráfico 4, el tipo de cambio de convertibilidad, es decir aquel al que podrían eventualmente cambiarse todo el stock de pasivos monetarios del Banco Central por divisas de libre disponibilidad, ha estado aumentando significativamente desde el mes de julio y se ubica en niveles cercanos al tipo de cambio controlado mientras que el tipo de cambio de paridad ha quedado bastante rezagado. Esto significa, que aun cuando el tipo de cambio controlado lograra estabilizarse o crecer a un ritmo moderado, hay todavía un espacio importante para que los precios internos se recuperen en términos de dólares, es decir, para que la tasa de inflación siga por varios meses siendo más alta que el ritmo de devaluación en el mercado controlado. La evolución de los distintos tipos de cambio se muestra en el gráfico 4.

Dejar que funcione un mercado cambiario libre ayudaría a reducir la brecha entre los tipos de cambio

Existen varios precios para el dólar fuera del mercado controlado por el hecho de que no se ha autorizado el funcionamiento de un mercado libre para todas tras transacciones que signifiquen entradas o salidas de dólares no obligadas a llevarse a cabo en el mercado controlado.

Esta multiplicidad de tipos de cambios no controlados y, en particular la volatilidad y el alto costo transaccional del contado con liquidación, más que contribuir a detener la salida de capitales obstaculiza su entrada. Si las operaciones que hoy se cursan por el contado con liquidación pudieran hacerse en un mercado financiero libre, mercado en el que además se liquidaran todas las transacciones con tarjetas de créditos de cuentas argentinas en el exterior y de cuentas extranjeras en argentina, así como todas las transacciones vinculadas a servicios turísticos, la brecha entre el tipo de cambio del mercado libre (que sería único y no múltiple) y el tipo de cambio controlado, sería menor.

Con una conformación como la sugerida, cabría esperar que el impacto de la emisión monetaria excesiva sobre el tipo de cambio libre, no sería tan alto como el que se daría sobre los varios tipos de cambios no controlados que existen en la actualidad. No se entiende por qué no se ha autorizado ya el funcionamiento de ese mercado libre, como no se lo había autorizado tampoco cuando funcionó el cepo durante el gobierno de Cristina Kirchner .

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