Ni dólar, ni inflación, ni elecciones: ahora la pregunta es ¿cómo domar a Lorenzetti?

¿Cómo controlar el dolar? No existe ninguna pregunta que le genere más inquietud al Gobierno que esa desde hace un año, cuando lo que comenzó como una corrida cambiaria terminó convirtiéndose en una feroz depreciación del peso, con un impacto contundente en la inflacion, que permanece hasta hoy. En la última semana, hay otro interrogante que empezó a despegar y que preocupa cada vez a la mesa chica de Mauricio Macri. ¿Cómo domar a Ricardo Lorenzetti?

Una serie de fallos contrarios a los intereses oficiales, con fuerte repercusión económica, desde octubre a la fecha, provocó la ira -puertas adentro- del Ejecutivo con el ex titular de la Corte, por entender que fue él quien lideró, consolidando mayorías decisivas con Horacio Rosatti y Juan Carlos Maqueda, un operativo de desprestigio hacia la figura del presidente Carlos Rosenkrantz, promovido por el Gobierno para ocupar el puesto que dejó Lorenzetti vacante.

La figura de Rosenkrantz, que firmó en minoría la mayoría de las últimas sentencias y además perdió el control administrativo del cuerpo, ha quedado tan debilitada que en el Gobierno se preguntan, una y otra vez desde octubre, si no era mejor que Lorenzetti terminara su mandato el pasado 31 de diciembre y el proceso de recambio se extendiera un tiempo más.

O por qué, en lugar de Rosenkrantz, emparentado de manera tan directa con el oficialismo desde que asumió como juez de la Corte en 2016, no se optó por una figura más transversal para la sucesión de Lorenzetti, por ejemplo, su colega Horacio Rosatti, ex ministro de Justicia en la presidencia de Néstor Kirchner y vinculado al peronismo. El Gobierno no define quién es el presidente de la Corte, cargo que se elige por consenso entre los cinco miembros, pero sí tiene -o tenía- influencia para postular un candidato.

"A Lorenzetti se lo respaldó siempre, mantuvimos un trato cordial con él en toda la gestión", sostienen en Casa Rosada, y se lamentan porque, entienden, el magistrado ha intervenido en muchos fallos con una postura política y no con la actitud que debería mostrar un juez independiente. Enumeran entre los apoyos hacia su investidura, siendo presidente, los que se le propició cada vez que fue atacado por Elisa Carrió, que lo cuestionó con dureza, lo denunció sistemáticamente e incluso pidió que fuera preso.

¿Cómo contrarrestarlo? En el Gobierno, saben, es difícil en lo inmediato, sobre todo por la condición electoral de 2019 y porque, también reconocen, los reveses judiciales seguirán produciéndose. Una estrategia que trascendió es buscar ampliar el número de miembros de la Corte, que hasta 2006 -por ley- y hasta 2014 -en los hechos- tenía siete integrantes. Volver a ese número o, por qué no, extenderlo a nueve, es una idea que podría tener consenso en el Congreso si Macri lograra alcanzar un segundo mandato.

Lograr mayorías de manera tan simple como en la actualidad se dificultaría, ya que se precisarían entre cuatro o cinco votos para sacar adelante un fallo. Además, cree, es fundamental pensar en una Corte futuro con más mujeres en las sillas, ya que hoy sólo Elena Highton de Nolasco ocupa un lugar y es la más próxima, por edad, a dejar su cargo. Incluso, lo renovó recientemente, amparada en un fallo judicial que le permitió seguir en el máximo tribunal aun después de cumplir 75 años.

No son tiempos, sin embargo, de futurología en un Gobierno que por la difícil coyuntura económica, sólo piensa en el día a día, al punto que se le dificulta imaginar la campaña, a menos de tres meses del cierre de listas. Aunque sí en la Rosada saben que de acá a fin de año, el dilema Lorenzetti deberá ser resuelto.

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