

El economista Miguel Ángel Broda analizó la coyuntura económica y advirtió sobre los riesgos que enfrenta el país en los próximos meses. Durante una entrevista televisiva, en La Nación +, señaló que tras las elecciones será imprescindible "recalibrar el programa macroeconómico" y que la idea de que la macro ya estaba ordenada resultaba "nada más distante de la realidad".
Según Broda, el Gobierno pretendió estimular la demanda agregada incentivando el uso de los dólares guardados en el "colchón", las cajas de seguridad y las tarjetas, pero el resultado fue el contrario. "En lugar de que la gente sacara del colchón, el colchón cada día está más alto", afirmó. Detalló que desde comienzos de año los argentinos incrementaron en 17 mil millones de dólares sus tenencias externas, con más de 10 mil millones en billetes, y que el gasto en turismo duplicó al del año pasado.
Esa preferencia por activos externos, explicó, derivó en la caída de la demanda por activos domésticos. "Somos la bolsa que más ha caído en el mundo", remarcó, y advirtió que también se desplomó la demanda de dinero.
El economista enumeró las consecuencias de corto plazo que generan las actuales condiciones monetarias. En primer lugar, mencionó que "con esta súper tasa de interés es mucho más difícil el financiamiento del Gobierno", porque los intereses se capitalizan y el superávit primario resulta insuficiente para convencer a los mercados internacionales. En segundo término, subrayó que se produjo un "enfriamiento total del crédito": en los últimos veinte días no creció ni siquiera al ritmo de los intereses devengados.
Como tercer punto, sostuvo que "se destruyó la demanda por los activosdomésticos, empezando por los pesos", mientras que el cuarto efecto se tradujo en la caída de la actividad.
Broda proyectó que el promedio de crecimiento de este año será menor al 4%, frente al 5,5% que calculan el Gobierno y el FMI. Añadió que, medido contra el cuarto trimestre del año pasado, el resultado sería "cero" y que el arrastre hacia el año próximo sería negativo.
Consultado sobre si el país ya entró en recesión, respondió que la definición depende de los criterios técnicos, pero apuntó que "el indicador mensual de actividad cayó en mayo, cayó en junio, y en nuestro estimado de julio siguió levemente cayendo". Según relató, los empresarios confirmaron que en agosto también hubo retroceso. "Desde febrero en adelante la economía se amecetó", resumió.
El panorama también afecta a la recaudación. Broda explicó que, cuando baja el nivel de actividad, también lo hacen los ingresos fiscales. A esto se suma el impacto de tasas de interés "demenciales". Recordó que antes se criticaba a Brasil por tener la tasa real más alta de la región, de 10%. "Hoy tenemos tres veces esa tasa de interés real, que era el parámetro de lo que no se debía hacer", afirmó.
En este contexto, advirtió que las pequeñas y medianas empresas podrían optar por financiarse postergando el pago de impuestos, lo que agravaría la caída de la recaudación tanto por menor actividad como por morosidad. A la vez, señaló que crece la morosidad del crédito privado.
Al proyectar el frente cambiario, Broda consideró probable que se requiera una corrección. "Muy probablemente necesitemos un peso un poco más depreciado", dijo, aludiendo al 18% de devaluación acumulada en lo que va del año. Explicó que la mitad de esa variación se vinculó con la caída del dólar en el mundo y la valorización del real, y la otra mitad con un mercado local "muy intervenido".
El economista recordó que, entre ahora y enero, Argentina deberá afrontar pagos por 8.600 millones de dólares. Además, para cumplir con una meta reducida con el FMI se necesitan 6.000 millones adicionales. Reconoció que "no vamos a cumplir la meta de diciembre", pero planteó la necesidad de implementar un programa transparente de compras de divisas: "Un programa de veinte, treinta o cuarenta millones de dólares, que se sepa y transparente, y que el mercado entienda que aparece un demandante que necesita los dólares para servir su deuda".
Broda insistió en que la estabilidad solo se logrará con un programa integral. "Formas estructurales y estabilidad son absolutamente necesarias para salir de la decadencia. Una sola no consigue que salgamos de la decadencia", enfatizó.


