

El gasto público se mantuvo contenido en septiembre, sin un salto considerable después de las elecciones PASO y de cara a las generales. Según el Monitor de Ajuste de Gasto Mensual que elabora la consultora Analytica, el gasto incluso cayó un 1,1% en términos reales el mes pasado en relación a agosto ("sin estacionalidad") y solo creció un 0,3% interanual.
La clave estuvo en el ajuste sobre los subsidios energéticos por los aumentos de tarifas implementados a partir de octubre de 2022 y continuados hasta este agosto, la anteúltima "mala noticia" que ofreció el Gobierno desde la política económica hasta la devaluación pos PASO.
Por eso, el ministro de Economía, Sergio Massa, se abraza a la evolución de los subsidios para contener el gasto; sin contar las subvenciones para pagar las boletas de luz y gas, la dinámica fue muy distinta y el gasto tuvo un crecimiento de 6,4% interanual en septiembre.

Pese a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigió continuar con las subas de tarifas y que el Gobierno decidió un congelamiento tanto para energía como para el transporte, la suma total arroja al menos hasta el mes pasado que no hubo un descontrol del gasto.
Jubilaciones, asignaciones y subsidios: ¿hay ajuste fiscal?
En términos interanuales, el conjunto de los subsidios económicos cayeron 40,3% real -descontado el efecto de la inflación-, y en particular los destinados a la energía bajaron 50,8%. También se registraron ajustes en las asignaciones familiares y la Asignación Universal por Hijo (AUH; -34,4%) y en las transferencias destinadas a jubilaciones y pensiones (-5,5%).

"Por otro lado, hubo incrementos interanuales en las transferencias corrientes a provincias (+71,4%), la obra pública (+18,6%) y el gasto en personal (+17,6%)", notó Analytica. En este renglón pesó la primera cuota de la suma fija de $ 60.000.
Así y todo, septiembre fue el tercer mes consecutivo en el que la variación interanual real del gasto es positiva, después de 12 meses seguidos (julio 2022 a junio 2023) de caída.
Hacia delante, el paquete fiscal de Massa de cara a las elecciones, con el que volcará a la calle más de 1% del Producto Interno Bruto (PIB), se notará más desde el lado de la pérdida de ingresos por la devolución de IVA y diferimientos en el pago de impuestos que por el lado del gasto.




